Fue un experimento más propio de la TIA, organización de Mortadelo y Filemón. Pero en realidad, este proyecto fue ideado por la CIA en un intento de llevar el contraespionaje al mundo animal convirtiéndolo en un auténtico chiste.

"Gatito acústico"

Hemos sabido de la existencia de este extraño proyecto gracias a que en el año 2001 se procedió a desclasificar documentos de la Agencia Central de Inteligencia de los EE.UU.

apareciendo a la vista documentos oficiales.

Hemos de situarnos en el año 1961, cuando a las cabezas pensantes de la CIA se les ocurrió crear un programa de espionaje pensado para captar informaciones de otras organizaciones o de otros países en plena guerra fría de manera que se accediera a la información de la forma más segura y sin despertar sospechas. Se optó por dejar de lado a los espías que hasta ese momento habían sido la piedra angular del contraespionaje norteamericano, para centrarse en intentar lograr que diversas especies animales domésticas hiciesen ese trabajo por ellos.

Se pensó en adiestrar a gatos ya que nadie podría sospechar de un gato husmeando cerca de alguna conversación interesante para la CIA o merodeando cerca de organismos dignos de ser espiadas.

Así que, mediante operaciones quirúrgicas difíciles y peligrosas para el felino escogido para ser el “James Bond” gatuno, se le logró implantar un micrófono en su pabellón auditivo y una antena situada en su cola así como la implantación de un trasmisor con batería para cierto tiempo, situados en el pecho del animal.

Problemas con el gato

Después de lograr que el gato se convirtiese en una grabadora andante, los científicos observaron que, cuando comenzaron a adiestrar al animal para que fuese donde ellos le mandaban, éste se distraía haciendo las cosas que, de normal, hacen los gatos. Es decir, buscar comida, afilar sus uñas o alternar con otros de su especie.

Después de varias pruebas, convinieron en que debían volver a operarle para anular su sentimiento de hambre, ya que era este el factor que más distracción provocaba en el gato.

Aberraciones gatunas

Victor Marchetti, antiguo empleado de la CIA y miembro de aquel equipo que trabajaba en “Gatito acústico” relató a un periódico inglés como se habían efectuado aquellas operaciones:

“Abrían el gato mediante un tajo, colocaban las baterías en su interior y las conectaban. La cola era la antena. Crearon una monstruosidad. Lo probaron una y otra vez. Descubrieron que el gato podría abandonar el trabajo cuando sintiese hambre, por lo que pusieron otro cable dentro de él para anularla”.

Debut y despedida

Tras años de adiestramiento, operaciones quirúrgicas que habían transformado un simple gato en Robocop y millones de dólares gastados se tomó por fin la decisión de estrenar el “invento”.

Para ello, varios agentes de la CIA llevaron al gato hasta las inmediaciones de la embajada soviética en los Estados Unidos para que en el debut como espía del gato, captase alguna información valiosa del entonces enemigo.

Pero mientras los agentes norteamericanos esperaban, no cayeron en un pequeño error de cálculo que fue fatal para sus aspiraciones. Y es que, al cruzar la calle un taxi apareció a toda velocidad atropellando al gato y dando al traste con cualquier plan de captar los planes secretos de los rusos y perdiendo entre las ruedas del vehículo los más de 15 millones de dólares que había costado el proyecto.

Imaginen la cara de asombro de aquellos agentes... de chiste de Mortadelo y Filemón.