Aquaer, una empresa sevillana, ha creado un nuevo invento que permite extraer agua potable directamente desde la atmósfera. Sin embargo, detrás de esta máquina se encuentra Enrique Veiga, un ingeniero español que cuenta con 82 años y no por ello se ha disipado sus ganas de seguir mejorando tecnológicamente la sociedad. En este caso, a las personas más necesitadas que viven en zonas desérticas o que no tienen acceso a agua potable, como por ejemplo los campos de refugiados.

La máquina aprovecha el aire para enfriarlo, condensarlo y crear agua

El invento realizado por Enrique Veiga tiene sus sustento en las unidades de aire acondicionado y por el efecto de condensación que estas producen.

Dicho de otro modo, lo que hace la máquina de Aquaer es, por medio de la electricidad, enfriar y condensar el aire para así transformarlo en agua. Por otro lado, la cantidad de agua que produzcan estas máquinas a diario dependen del tamaño que tengan: si el artilugio es pequeño, puede fabricar entre 50 y 75 litros diario, mientras que si es de unas proporciones mayores puede alcanzar los 5.000 litros generados en una jornada.

El invento puede usarse en lugares con altas temperaturas como puede ser un desierto

Hay que tener en cuenta que ya existen tecnologías similares que buscan hacer agua de la nada. Sin embargo, la patente de Enrique Veiga no necesita que haya una gran humedad en el ambiente y bajas temperaturas, como hacían las ya existentes.

El invento del octogenario ingeniero puede utilizarse a temperaturas altas que llegan a los 40 grados y a valores bajos de humedad (entre el 10 y 15%). Es así que la máquina está pensada para ser utilizada en climas desérticos y que sin duda ayudaría a la supervivencia humana en zonas donde el agua escasea.

En 2017, un refugiado de Vietnam ya desarrolló una idea de Enrique Veiga de hace 30 años

Asimismo no es la primera vez que Enrique Veiga se centra en la creación de agua de la nada. Ya en 1990, con motivo de una gran sequía que azotó al sur de España, el ingeniero creó un prototipo para afrontar la escasez de agua. Un proyecto que fue retomado en 2017 por un refugiado vietnamita, quién fundó una organización benéfica para continuar desarrollando la idea del ingeniero español.

El objetivo de Veiga es llevar agua potable a los campos de refugiados

De hecho, este refugiado asiático compró una de las máquinas de Veiga y la traslado al campo de refugiados que existía en la ciudad Libia de Trípoli. Porque el ingeniero de 82 años nunca ha ocultado cuál es la meta de este invento de hacer agua de la nada: Mi objetivo es ayudar a gente y llegar a los campos de refugiados que no tienen acceso a agua potable".