Muchos países tienen una población de adultos mayores cada vez más alta, por lo que se espera que los países se adapten y apliquen diferentes medidas para asegurar su mejor calidad de vida. Manuel Souto, un ciudadano de A Estrada de 82 años, es uno de los tantos ancianos que viven en la zona y hace más de un año había solicitado un banco al ayuntamiento, puesto que su esposa, María, se cansaba cuando paseaban y no tenía donde descansar. Ante la inacción del ayuntamiento, decidió hacer con sus propias manos un banco para su Mujer y ha sido todo un éxito tanto entre los vecinos como en las redes sociales por tan bonito gesto.

A pesar de no ser el banco más lindo o estar barnizado, sin duda su valor no radica en los materiales con que se hizo sino en sus intenciones y su deseo de pasear con su esposa no represente un problema y sea un agradable momento.

Su mujer no sospechaba de su gesto

Su mujer de 70 años sufre de artrosis, por lo que se le hacía difícil los paseos al no tener un lugar donde descansar por lo que desde hace un tiempo se ayudaba con un bastón.

Para poder pasear con su mujer, Manuel decidió acudir a la ferretería más cercana a su casa y comprar los materiales necesarios para construir el banco: unos palés de madera. En apenas 1 hora tuvo el banco hecho.

El problema estaba en que el anciano no sabía dónde o si podía colocarlo en la vía pública, por lo que habló con el dueño de un local para saber si no había problema en colocarlo frente a su cristalera.

Como no tenía problema, sin decir nada a su mujer, lo puso durante la noche para sorprenderla el día siguiente mientras paseaban. Apenas lo vio se quedó sorprendida, aseguró Manuel, y que luego de eso su esposa lo abrazó y besó.

El banco fue un éxito entre los vecinos

La iniciativa de Manuel ha sido celebrada por todos los vecinos y aseguran que ahora “hay que pedir número para sentarse” pues desde que el asiento fue colocado, hace menos de una semana, muchos de los habitantes del barrio lo han usado.

El banco contiene un mensaje con una falta de ortografía, “Para mallores” pero todos los vecinos entienden el mensaje. Manuel contó que no fue a la escuela y que de niño empezó a trabajar, igual que su mujer.

El anciano también denunció que no ha sido el único vecino en solicitar un banco al ayuntamiento, otro vecino había hecho la misma solicitud hace dos años "y todavía está esperando". Otros vecinos les han solicitado que haga más bancos, pero afirmó que este solo se lo hizo a su mujer y que no hará más. Sin duda una historia de amor que demuestra que cuando se se ama a una persona, se busca la forma se hacerla sentir mejor a pesar de las posibles limitaciones de cada persona y que el amor lo puede todo.