Hasta el momento todos los estudios científicos habían puesto de manifiesto que a través de los alimentos no se podía transmitir la enfermedad del Coronavirus. Pero ahora este escenario puede sufrir una revisión tras haberse detectado en China trazas de COVID-19 en algunos alimentos congelados.

Se trata en concreto de una importante partida de camarones y pollo que han presentado esta incidencia sanitaria. Estos alimentos, en su gran mayoría, proceden de países latinoamericanos. Hasta el punto ha impactado este hallazgo que las propias autoridades sanitarias asiáticas han expuesto que este hecho puede llegar a poner en riesgo la salud de los consumidores.

El coronavirus vive hasta tres meses a bajas temperaturas

Según los expertos de seguridad en los alimentos y virología, el virus en este caso representado por el COVID-19 puede llegar a vivir hasta un total de tres meses en escenarios de bajas temperaturas. Aunque la alarma entre la población de la República Popular de China se ha expandido a consecuencia de este descubrimiento, no menos cierto es que desde algunas comunidades científicas han querido restar importancia al hecho. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha descartado totalmente que el coronavirus se pueda contagiar a través de los alimentos, en los que también se incluyen los congelados.

Cierre de restaurantes que ofrecían estos platos

A pesar de las llamadas a la calma por parte de los organismos científicos es cierto que el gobierno de Pekín ha pedido una especial cautela en el momento de consumir productos importados de estas características. Llegando incluso a cerrar algunos restaurantes y casas de comidas, que tienen en su carta estos productos de alimentación en los que se ha encontrado ahora trazas de coronavirus.

Aunque por el momento se trata de un hecho aislado y puntual ya que no se ha producido en otros países del planeta. Siendo el primer caso en producirse una relación directa entre el virus infeccioso y el consumo de alimentos.

Solo en pollo y camarones

De cualquier forma, de lo que no se ha informado es porque estas partículas del coronavirus han aparecido en alimentos tan concretos como el pollo y los camarones y no en otros.

Sin que pueda descartarse que a partir de estos momentos salgan a los medios de comunicación más noticias sobre las causas de esta incidencia en la alimentación. Para que de esta forma, haya un mayor conocimiento del COVID-19 que pueda beneficiar a futuras investigaciones científicas para buscar tratamientos contra la enfermedad viral.

En cualquier caso, puede suponer un nuevo vuelco para la investigación del patógeno que se ha llevado hasta ahora la vida de más de 600.000 personas en todo el mundo. En un momento, en que las fases de los proyectos clínicos para hallar una vacuna se han agilizado sensiblemente.