La situación que se vive alrededor del mundo en la lucha contra el Coronavirus, ha llevado a los sistemas sanitarios a un punto casi de colapso total, en los cuales se viven escenas que no son nada agradables. El personal que lucha a diario contra la enfermedad ha tenido la penosa obligación de decidir quien recibirá un respirador, el bien más necesitado y también el más escaso.
En las distintas etapas que se presentan durante la enfermedad, un respirador puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, ante la neumonía que se desarrolla con el virus.
Un hecho que ha marcado el corazón de médicos y personas en el mundo
Ha trascendido un caso con una mujer de 90 años, quien acudió a los médicos al presentar falta de aire y pérdida de apetito. Tras examinarla, fue hospitalizada y los resultados de las pruebas de COVID-19 dieron positivo. Desde ese momento su hija y ella se mantuvieron aisladas y en cuarentena.
Los antecedentes de la anciana, según su hija Judith, señalan que ella fue ingresada por neumonía el año pasado, pero se había tomado lo de la cuarentena muy en serio. Tras su hospitalización, dos días después y ante la situación en los centros de salud, decidió renunciar a su respirador, para que quedara a disposición de personas más jóvenes que lo necesitaran.
Su nombre, Suzanne Hoylaerts, llamó a le médicos encargados de su atención para decirles, que ya no quería su ayuda. Explicó que no quería utilizar un respirador artificial, además les dijo que ya había vivido una buena vida y era mejor que un paciente más joven lo utilizara. Ante tal anuncio, los médicos no pudieron evitar las lágrimas.
Sus últimas palabras fueron para animarlos a no llorar, pues ya habían hecho un buen trabajo.
Suzanne falleció tras renunciar a su respirador, como una obra de generosidad
Su hija Judith ha declarado al diario Het Lasste Nieuws, donde ha contado lo sucedido. Donde el hecho más doloroso no es la renuncia al respirador de su madre, sino que la muerte de su madre Suzanne es una muerte que no podrá llorar como en otras ocasiones, pues debido a las medidas de seguridad que se han establecido ante la crisis del coronavirus, los afectados no podrán tener ningún contacto con los parientes fallecidos, ni siquiera en el momento de su entierro o cremación.
En el mismo medio la joven ha expresado su dolor diciendo. que no podrá darle el adiós que se merece y tampoco asistir a su funeral.
This broke my heart.. 💔
Belgian woman, Suzanne Hoylaerts aged 90, dies of #Covid_19 after refusing a respirator, telling her doctors "Save it for the youngest [who need it most], I've already had a beautiful life."
Not all #Heroes wear capes ! pic.twitter.com/NqxcaSXANT
— Inder Singh (@InderSingh_Uk) March 31, 2020
Héroes sin capa
Su fallecimiento ha sido lamentado por miles de personas a través de las redes sociales, quienes la han catalogado como una heroína. Esta historia se ha convertido en un ejemplo claro de solidaridad y bondad en momentos difíciles. También revela la situación que se vive en el mundo con las personas mayores, quienes son los más vulnerables ante el coronavirus, y permite ver la necesidad que se debe tener de cuidarlos y asegurar su salud.