China ha lanzado una clara advertencia a Australia: boicotear sus productos, si decide investigar el origen de la pandemia del Coronavirus. Ha sido el embajador chino en la ciudad de Canberra, quien ha advertido al país oceánico que habría posibilidades reales de prescindir la compra de los productos originarios de la nación líder de Oceanía por su gran interés en impulsar una investigación, a nivel internacional, sobre cómo fueron los orígenes de la pandemia que ha parado la economía a nivel mundial.

Las tensiones entre Australia y China por culpa del coronavirus continúa en aumento

Hace unos días se publicó que el país australiano había estado trabajando para recabar apoyos e iniciar una investigación a nivel internacional, sobre cuál había sido el origen y el desarrollo de la epidemia, que acabó siendo una pandemia. Por este motivo, las autoridades del país han querido mostrar su enfado y parece que este sigue aumentando, ante los pasos llevados a cabo por Australia con el objetivo de investigar cuál fue el origen real de esta pandemia, que le ha costado la vida a miles de personas en todo el mundo.

Australia ha dejado claro que no va a permitir ninguna coerción a nivel económico y estas palabras no han sido bien recibidas

China ya ha acusado a Australia de estar siguiendo todas las directrices marcadas por Estados Unidos a la hora de impulsar esta iniciativa. Ahora, el embajador chino en Australia ha advertido al primer ministro del país, Scott Morrison, y la advertencia ha incluido las posibles consecuencias a nivel económico por llevar a cabo esta iniciativa.

Para ser más concretos, Cheng Jingye, representante chino en la ciudad de Camberra, ha amenazado con llevar a cabo un boicot contra el vino y otro tipo de productos de origen australiano, si el país continúa adelante con la investigación.

Según el mencionado embajador del gigante asiático al periódico “The Australian Financial Review”, la sociedad de China está muy frustrada y se siente realmente decepcionada por todo lo que está llevando a cabo Australia.

Lo consideran una verdadera traición.

Además, los ciudadanos chinos podrían tomar la decisión de no querer viajar al territorio australiano, lo que significaría un gran daño para el turismo del país, de no seguir comprando, ni consumiendo productos cuyo origen sea australiano. Cheng Jingye fue bastante concreto: quizás la ciudadanía china considere que lo mejor es dejar de beber el vino de Australia o comer su conocida carne.

Pero, Australia no ha tardado en reaccionar y ha sido Marise Payne, la actual ministra de Asuntos Exteriores, la que ha contestado a estas palabras: Australia no va a permitir ningún tipo de coerción a nivel económico.

La respuesta por parte del embajador chino ha sido una reacción completamente inapropiada, cuando lo que hace falta en estos momentos es cooperación a nivel global.