Aunque parezca contradictorio, ya que hasta la fecha se han registrado miles de fallecidos y muchos más contagios alrededor del mundo, esta pandemia ha permitido al planeta y el ambiente tomarse un respiro.

Las medidas sanitarias implementadas han obligado a cerrar fábricas, reducir el tráfico de vehículos, eliminar temporalmente las multitudes, aplicar cuarentenas colectivas, lo cual ha evitado una producción de basura en exceso y contaminación en las calles.

Venecia ha mejorado la calidad del aire y del agua de los canales

Venecia, la ciudad romántica del mundo, ha tenido un cambio radical que se ha observado por la falta de turista y el ajetreado ambiente diario que se vive, ha permitido que sus canales de agua luzcan cristalinos y hasta con algunos animales acuáticos.

En el norte de Italia ha mejorado drásticamente la calidad del aire, información revelada por el satélite Sentinel 5P, en consecuencia de las medidas tomadas para evitar la propagación del Coronavirus.

De igual forma Madrid y Barcelona también han reducido las emisiones, con un aire más limpio y puro, la contaminación atmosférica se ha reducido al 35%, gracias a las medidas tomadas. Por su parte, China también ha mejorado la calidad de su aire, así como también se ha reducido la emisión de dióxido de nitrógeno en varias ciudades del país.

Un impacto ambiental que no se esperaba

Quizás el impacto ambiental que han provocado las medidas de contención en el mundo han dado un respiro al planeta, al ambiente y a la sociedad, pero aún no se ha aprovechado adecuadamente.

Italia sigue siendo uno de los países más afectados por el virus, pero también uno que ha causado conmoción con las imágenes mostradas en donde se aprecia que el agua que fluye por los canales está limpia, con peces y gansos. Pero imágenes satelitales han demostrado también una reducción del calentamiento y contaminación ambiental.

Pero más allá de un impacto ambiental positivo, esta pandemia trae consigo un impacto social, ya que permite que las personas permanezcan en casa y puedan crear nuevos y buenos hábitos que les ayuden a redescubrir sus virtudes y capacidades. Asimismo, también permite aprovechar el tiempo para compartir en familia, aprender cosas nuevas, compartir con los hijos, y aprender desde ya que el planeta y la sociedad no depende del gobierno ni de redes sociales, tampoco depende de las actividades económicas: depende directamente de cada persona y del cuidado que se pueda aportar individualmente y de forma colectiva a diario.

La solidaridad, el apoyo y la colaboración son pilares fundamentales para poder mantener una armonía ambiental y social después de salir de la pandemia, y son buenos ejemplos que se deben enseñar a los más pequeños de la casa porque de ellos dependerá el futuro.