Algunos países estarían sopesando en prolongar el confinamiento para acabar con la crisis por el Coronavirus, hasta el mes de julio. Por ejemplo, sería hasta el 31 de julio, una fecha que estaría señalada en el calendario de varios dirigentes, ante la situación dramática que se está viviendo en Italia (la nación más damnificada de toda Europa y, por el momento, con más víctimas mortales después de China).

Igualmente, las medidas serían más restrictivas: por ejemplo, el ejército obtendría competencias de seguridad en el ámbito público y se reforzarían todavía más los controles.

Estas medidas ya serían desesperadas, ante una situación por la crisis del COVID-19, que es cada vez más crítica y que ha provocado que muchos alcaldes de localidades pequeñas hayan tenido que intervenir, para que sus vecinos se quedasen de una vez en casa. En medio de la calle o desde sus propios despachos, no dudan en hacer hincapié para que se queden en casa, incluso, con amenazas ante la desesperación.

Por otro lado, la situación en el resto de Europa se complica

En Reino Unido, después de la posición inicial de Boris Johnson, que consideró que la economía estaba por delante de la salud de los ciudadanos, estará levantando un hospital de campaña formado por 4 mil camas en un recinto en la zona este de la ciudad de Londres, ante el previsible crecimiento del número de contagiados.

Desde Suecia, las noticias no son mejores. La activista y líder en la lucha contra el cambio climático, Greta Thunberg, se ha tenido que poner en cuarenta junto a su progenitor, ante la posibilidad de estar infectada por el COVID-19.

Donald Trump ha tenido que cambiar de planes, ante la gravedad en el país

La Organización Mundial de la Salud, OMS, ha tenido que advertir seriamente a Estados Unidos ante el poco interés de Donald Trump y considera que el país será el nuevo epicentro de la pandemia, a nivel mundial.

Algunos estados ya han tomado medidas drásticas para frenar el virus y los californianos llevan días haciendo cola para donar sangre, ante lo que viene por delante; medidas para conseguir el aislamiento, a pesar de que Donald Trump considera que es peor el remedio, antes que la enfermedad y parar la actividad provocaría más muertes, que el propio virus.

En México, su presidente está haciendo justo lo contrario al resto de países: se refugia en la religión y no evita, en ningún caso, el contacto físico, incluso aconseja ir a los restaurantes, a las cafeterías…para que la economía crezca. Y, en las calles, la ciudadanía se protege utilizando todo tipo de amuletos. Sin duda, lo contrario de lo que sucede en Senegal, donde se ha establecido un toque de queda que prohíbe salir, de ocho de la noche, hasta las seis de la mañana.