Uno de los casos más polémicos de los últimos años ya tiene sentencia. El jurado popular ha declarado culpable a Rodrigo Lanza por las graves lesiones que le causó a un hombre por llevar unos tirantes con los colores de la bandera española y que le acabó causando la muerte. El veredicto final considera, con seis votos a favor de la mencionada sentencia y en contra, tres; que el agresor no tenía como objetivo acabar con la vida de la víctima, Víctor Laínez, de manera intencionada.

Finalmente, el jurado popular ha decidido declarar culpable al único investigado, Rodrigo Lanza, por un delito de lesiones de manera imprudente que acabó con la muerte de la víctima en el conocido como caso “crimen de los tirantes”.

De esta manera, Víctor Laínez ha sido considerado culpable de la agresión que tuvo lugar en un bar en la ciudad de Zaragoza en el mes de diciembre del año 2017, que habría sido intencionada, pero no se buscaba asesinar al agredido. Al menos, seis de los nueve miembros del jurado popular han tomado esta consideración, mientras que los otros tres miembros consideran que el asesinato fue de manera intencionada.

En la sentencia se considera que la agresión tenía una motivación por ser la víctima de derechas

Aunque no se considera probado que el propio Lanza se hubiera dado cuenta que Laínez llevaba unos tirantes con la bandera española, según ha sido publicado “El Periódico de Aragón”. Ahora le toca al juez tomar una decisión sobre la pena que tendrá que cumplir el acusado.

La Fiscalía ya habría solicitado 25 años de condena por un delito de asesinato con el agravante de motivación ideológica

El juicio se inició el pasado 4 de noviembre y ya el lunes se leyó la sentencia, a pesar de que Lanza intentó alegar que Laínez le había atacado con un arma blanca, lo que sería un atenuante por entrar en pánico, ya que, pensaba que le iba a apuñalar y acabar con su vida.

Por todo ello, no recuerda con exactitud lo que había sucedido y, por miedo, no dejó de darle puñetazos en el suelo. Los testigos presentados por la defensa confirmaron la versión, pero no quedó demostrado que Lainez hubiera portado un arma blanca.

El testimonio clave del caso, el dueño del bar donde tuvo lugar todo el incidente, negó completamente la versión defendida por Lanza.

Según él, el acusado llegó a golpear a la víctima con un objeto grande tras haber discutido con la víctima. Incluso, este testigo llegó a advertir a Lanza que dejase de golpear a la víctima, ya que le iba a matar; pero, el joven no le hizo ningún tipo de caso y siguió pegando a la víctima en el suelo.

Rodrigo Lanza es un conocido antisistema y militante del movimiento okupa de 35 años de edad que llevaba en prisión preventiva desde el año 2017. En el año 2008 ya tuvo que cumplir pena de prisión por dejar a un guardia urbano, en la ciudad de Barcelona, tetrapléjico.