Una opositora a las pruebas de Educación para conseguir una plaza como maestra fue suspendida por culpa del teléfono móvil. La joven, que había sacado un 9 en el examen, tuvo la mala suerte de que su teléfono móvil empezó a vibrar en medio de la realización de la prueba.

El teléfono móvil de la protagonista estaba encima de la mesa, dentro de un sobre cerrado y apagado, pero la opositora se había olvidado de desconectar la alarma y el teléfono empezó a sonar.

El 22 de junio, un número superior a los 185.000 personas decidieron presentarse a las oposiciones de Educación en toda España.

Una de las personas que decidió presentarse para lograr una plaza fija de maestra fue una opositora de la comunidad de Murcia que, después de sacar una media de 9 en las dos primeras pruebas, acabó siendo suspendida.

La razón es clara: su teléfono móvil empezó a vibrar en medio del examen

La noticia se ha publicado en La Opinión de Murcia. Las normas a la hora de presentarse a las pruebas de Educación Infantil a las que se presentaba la joven, cuyo nombre es Marta, dejan claro que en ningún momento puede hacerse uso de dispositivos o de algún material electrónico y se llevarán a cabo las instrucciones que indique el tribunal al respecto.

Los testigos han explicado que el teléfono estaba encima de la mesa, dentro de un sobre precintado por el Tribunal, pero, en un momento determinado en medio de la prueba, el teléfono empezó a vibrar.

La joven quiso avisar a los examinadores presentes en la sala, que pudieron comprobar que el teléfono no se había utilizado en ningún momento. La chica explicó que había apagado el teléfono móvil, pero se había olvidado de desconectar la alarma del mismo.

En un primer momento los examinadores le dijeron que no pasaba nada, que no se preocupase

La joven había logrado una media de un 9, pero para su tristeza, cuando fue a ver su nota en el tablón de anuncios al lado de su nombre apareció un cero y la explicación de haber cometido un acto fraudulento.

La joven ha declarado al periódico La Opinión de Murcia que ni siquiera llegó a tocar el sobre precintado, dentro del cual estaba el teléfono móvil.

Se encargó de llamar a los examinadores que formaban parte del Tribunal en cuanto el teléfono empezó a vibrar ya que la alarma del teléfono saltó, a pesar de que este estaba apagado, y le aseguraron que no pasaba nada y que podía seguir con la prueba.

Según la joven, ser honesta a la hora de hacer el examen le ha perjudicado y siente que le han robado su plaza. Desde el día que se enteró no puede dormir, siente ansiedad y se ha visto obligada a iniciar un tratamiento psicológico. La joven, apoyada en todo momento por su madre, ya ha presentado alegaciones ante un sistema que considera que no es justo, que no ampara a los estudiantes y que debería provocar una reflexión a todos y cada uno de nosotros.