Después de que el Tribunal Supremo haya condenado a los miembros de La Manada a un total de 15 años de prisión por la violación grupal que perpetraron durante las fiestas de San Fermín de 2016 con un agravante de comportamiento vejatorio hacia la víctima, los cinco integrantes del grupo fueron detenidos el viernes y han pasado al módulo de ingresos de la cárcel de Sevilla I.

Tras el fallo del Supremo, que eleva la pena dictada en su día por la Audiencia de Navarra, se emitió con mucha rapidez una orden de arresto y entrada en prisión contra los cinco jóvenes miembros de La Manada que fue materializada el mismo viernes por la Policía Nacional.

Ahora se está a la espera de que se reciban los informes preceptivos para que se les pueda asignar un módulo que sea seguro, según han comunicado distintas fuentes de Instituciones Penitenciarias.

Un recurso preventivo bastante habitual en la cárcel en casos tan mediáticos como este

Cada uno de los cinco integrantes de La Manada -Ángel Boza, José Ángel Prenda, Alfonso Jesús Cabezuelo, Antonio Manuel Guerrero y Jesús Escudero- está acompañado por un preso de confianza durante estos primeros días en prisión para así evitar conflictos con otros internos dentro del centro penitenciario. Se trata de un recurso preventivo bastante habitual en la cárcel en casos tan mediáticos como este.

Todos los miembros de La Manada han tenido ya una entrevista con un educador social, un médico y un psicólogo.

A partir de ahí, Instituciones Penitenciarias tiene un plazo máximo de dos meses para poder clasificar el grado de los condenados. En dicha decisión se va a tener en cuenta el informe que va a emitir el equipo de técnicos de la propia prisión.

Pero no será hasta la clasificación de grado por parte de la Junta de Tratamiento cuando se va a fijar de manera definitiva tanto la prisión en la que serán recluidos definitivamente como el módulo que se les asignará.

También se conocerá entonces el tratamiento individual que tendrá cada integrante de La Manada.

El militar y el guardia civil podrían ir a módulos especiales

Por otro lado, tanto Alfonso Jesús Cabezuelo -el militar- como Antonio Manuel Guerrero -el guardia civil- podrían ingresar, de manera definitiva, en un módulo especial que existe para los reclusos que formen o hayan formado parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Se trata de una medida extra para lograr garantizar su seguridad. Aunque el primero ya ha sido expulsado de las Fuerzas Armadas, Guerrero solo está suspendido de funciones. De todos modos, en pocos días perderá su condición de miembro de la Guardia Civil.

El Ministerio del Interior quiere evitar que ninguno de los jóvenes intente suicidarse o que algún preso de Sevilla I pueda vengarse de ellos por todo lo que ha sucedido. Y es que al hecho de que los violadores no son bien recibidos en las cárceles, se suma la circunstancia de que dos de ellos han pertenecido al Ejército y a la Benemérita, algo que también puede provocar reacciones en su contra.