El Tribunal Supremo ha destacado la gran relevancia de lo que se conoce como “lenguaje gestual” en el caso de las víctimas de la Violencia de género. Por esta razón, el alto tribunal ha fijado una serie de criterios, de manera orientativa, para poder valorar su credibilidad y la veracidad de las declaraciones durante el proceso penal.
En muchos de estos juicios, no hay pruebas documentales
Tras una sentencia de malos tratos que ha sido dictada por la Audiencia de Palma, el Tribunal Supremo ha llevado a cabo una serie de criterios orientativos para valorar de manera correcta la declaración de una presunta víctima de la violencia de género a lo largo de un proceso penal y destaca que el lenguaje gestual es fundamental en estos casos.
Esta serie de criterios, de manera orientativa, tienen como objetivo emplear dicho lenguaje para valorar la veracidad y credibilidad de la declaración de la víctima durante todo el proceso penal.
La base está en una sentencia de la Audiencia de Palma
En la sentencia un hombre fue condenado por maltratar, de manera habitual, a su pareja y pegarle en plena calle dos puñetazos, con la atenuante de estar en estado de embriaguez, a una condena de 15 meses y un día de cárcel, además de inhabilitación, prohibición de tenencia de armas por un período de cuatro años y un día; y la prohibición de acercarse a la víctima a una distancia inferior a 500 metros durante dos años. Igualmente, tendrá que hacer trabajos para la comunidad durante un total de 16 días.
El acusado alegó, entre otros puntos, que había existido un error a la hora de valorar a la víctima ya que no existían pruebas documentales de los presuntos malos tratos y tampoco documentación que acreditase las lesiones. En el caso, se tomó más en consideración la seguridad a la hora de realizar la declaración, la concreción a la hora de narrar los hechos y la claridad en la exposición.
Además del peso que tuvo el lenguaje de los gestos de convicción, que es un elemento de gran relevancia y se caracteriza por la manera que tiene la víctima a la hora de expresar su declaración ante la Justicia. El Tribunal considera que el lenguaje gestual es útil en los casos en los que no hay pruebas: la expresividad a la hora de hacer las descripciones, la no presencia de contradicciones y la concordancia en los hechos relatados, la no existencia de lagunas y que la declaración se hace de forma lineal, no fragmentada.
El Tribunal Supremo señala que en el caso de que solo exista la declaración de la víctima, algo que suele ser bastante habitual en los casos de violencia de género o de abuso sexual, en los que no haya documentación de evidencias físicas, se tendrá que tomar en cuenta la convicción del relato.