Según podemos leer en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa, Antonio Manuel Guerrero, el Guardia Civil de La Manada, ha sido suspendido de todas sus funciones. El agente, cuando fue arrestado junto a sus otros cuatro compañeros durante los Sanfermines del año 2016, ya había sido suspendido, aunque está esperando que la sentencia sea firme. Hay que recordar que los miembros de La Manada han sido condenados a 9 años de cárcel por abusos sexuales y están a la espera del fallo del Tribunal Supremo.

Se había reincorporado el pasado mes de julio

Pero, el pasado mes de julio se reincorporó al servicio, aunque no tendría destino tras quedar en libertad provisional y por lo que se conoce como “imperativo legal”. En el momento de su detención, el joven andaluz tenía de destino la Comandancia de Córdoba.

Por otro lado, el pasado mes de junio volvió a ser expedientado. Intentó renovar su pasaporte cuando la propia Audiencia de Navarra había tomado la decisión de retirárselo. Según su abogado, no tenía ninguna intención de salir del país, solo entregar un documento válido ante el juez.

Esta decisión está relacionada con Pozoblanco

A lo largo de todo este proceso jurídico, el joven recibió todos los meses su sueldo, como si estuviera realizando las funciones para las que le estaban pagando.

Según el Instituto Armado, se ha tomado la decisión de suspenderle a causa de la implicación de Guerrero en otro caso: el sucedido en la localidad de Pozoblanco. En este caso, se le vuelve a imputar a él y a sus amigos (no a Boza, que no estaba presente) los delitos de abuso sexual y otro por no respetar la intimidad de la joven víctima, de tan sólo 21 años de edad y vecina del pueblo, que iba completamente inconsciente en el vehículo donde, supuestamente, ellos abusaron de ella y grabaron un vídeo donde se puede ver a El Prenda riéndose de ella.

El mediático caso de La Manada puso encima de la mesa la necesidad de cambiar las leyes actuales de abusos sexuales y violación; además de mostrar una realidad cada vez más cotidiana: los delitos sexuales están aumentando y se está utilizando sustancias para conseguir que la víctima no pueda defenderse.

Por otro lado, que la Guardia Civil haya tardado más de dos años en dar este paso ha sorprendido. Hay que recordar que Antonio Manuel Guerrero, en el caso de los Sanfermines, no solo abusó de la víctima, también, le robó el teléfono móvil para que no pudiese pedir ayuda.