El rey Felipe VI realizó una Audiencia con los representantes de la Abogacía madrileña en la Casa Real. La junta de Gobierno de Abogados de Madrid estuvo encabezada por el decano José María Alonso, donde todos pusieron de manifiesto su apego a la ley. Además de expresar su posición ante la sociedad civil, todo está enmarcado en el Estado de Derecho y sus poderes.
Con este mensaje dejaron muy claro que el camino de la Abogacía en España debía disponer de un órgano de representación fuerte y democrática por lo que se instituirían como una casa comprometida con la eficacia y en búsqueda de la excelencia.
La Visón del ICAM
La junta de Gobierno consideraba que la Abogacía no existía solamente para el buen funcionamiento del Estado de Derecho, sino que era en sí el motor que movía el desarrollo económico nacional a través de la generación de diferentes empleos, dando como resultado la unión del sector empresarial y social, ya que la ley no dejaba de lado a ninguno de ellos. Por el contrario, los apoyaba y le daba a cada uno su espacio.
Los dos necesitaban de un contexto tanto cívico como institucional dedicado a evitar tensiones, refiriéndose con esto al actual conflicto de Cataluña donde las instituciones y la sociedad civil debían ser capaces de aminorar los conflictos, llegando a un consenso mutuo.
Partiendo de ahí, la junta de Gobierno del ICAM reafirmó al rey Felipe VI su compromiso con la defensa de los principios y valores democráticos basados en el Estado de Derecho como árbitro al momento de encontrar alguna vía de salida a posibles conflictos. Todo ello dio como resultado la creación de la Comisión Bilateral ICAM – ICAB.
Apoyo al rey Felipe VI
Todos los asistentes a la Casa Real no solo dejaron claro que su labor estaba apegada a la ley, sino que también defenderían los derechos de la sociedad civil. Aprovecharon la oportunidad para transmitir su apoyo al jefe de Estado en cuanto a la visión que el mismo mantenía sobre Cataluña, la cual no estaba nada lejos de la realidad.
Los miembros de la junta estuvieron de acuerdo con el monarca con el hecho de mantener una Cataluña de todos y para todos, donde promoviesen de forma constante su lengua y su cultura. Estas palabras estuvieron basadas en el discurso que compartiese el rey Felipe VI en los Premios Princesa de Girona, las cuales, al parecer causaron impacto en los representantes de la Abogacía Madrileña.
No tuvieron reparo en alabar dicho mensaje, indicando que este había sido de una naturaleza reparadora y de desagravio. Con estas palabras terminaban de demostrar el respaldo que tenía el monarca de parte de los abogados madrileños.