Aunque la supuesta violación grupal, ocurrida durante la madrugada del 14 de abril en Alicante, no haya alcanzado el mismo nivel mediático que la de Pamplona, no deja de provocar el mismo estupor.
La joven que denunció la agresión sexual en grupo, tiene 19 años y es de origen ecuatoriano. Conoció a un hombre en una discoteca y aceptó ir a la vivienda en la que este residía. Le contó, según el relato de la víctima, que estaba de vacaciones, es de Orán, en casa de unos amigos que estudian en Alicante y que podrían ir a este piso. Al llegar, tres hombres salieron de las habitaciones y habrían violado a la muchacha.
Al igual que relatara la víctima de La Manada, el miedo la bloqueó y permaneció durante el tiempo que duraron los hechos sin oponer resistencia por temor a que la mataran.
Luego, uno de los cuatro hombres le dijo que se fuera, ella pidió ayuda en un atienda cerca a la vivienda. De los cuatro acusados, uno solo ha permanecido en prisión. El hombre de origen argelino, de 34 años, que la joven había conocido en la discote. Dos de los otros implicados, tras prestar declaración, fueron puestos en libertad y un cuarto logró escapar. Los próximos días, el único detenido por esta supuesta violación, quedará en libertad sin fianza, a la espera de la sentencia.