A veces vas a por lana y vuelves trasquilado. Es lo que está ocurriendo últimamente con el movimiento feminista debido a sus reivindicaciones y consignas.

¿Tiene la violencia género?

Como ejemplo reciente y claro solo hay que fijarse en las declaraciones que hizo la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en el taller de empoderamiento de la mujer y sensibilización “Creciendo Juntas” donde aseguró que “La mayor parte de homicidios los cometen los hombres”. Otra de las controvertidas frases de la antigua juez saltó directamente a las portadas de muchos rotativos cuando afirmó que: “la violencia está encarnada en el ADN de la masculinidad”.

Pero, ¿es esto verdad? ¿Hay datos para criminalizar a la mitad de la humanidad y salvar a la otra media?

Voces discordantes

Otro antiguo juez, Antonio Salas, fue expuesto a la opinión pública hace no mucho por sus declaraciones poniendo en duda la legitimidad de la ley de género afirmando que los delitos deben ser penados por las personas que los cometan dejando de lado el genero del agresor o la víctima. El magistrado hacía hincapié en que la violencia es un abuso del más fuerte, independientemente del género, siendo habitual pero no necesariamente el hombre. Para ejemplificarlo usaba los casos de maltratos de hombres por parte de mujeres mas fuertes o el de la violencia en el ámbito familiar entre parejas homosexuales, tanto de varones como de hembras.

Las redes sociales y, especialmente, algunos medios de comunicación tacharon al juez de machista.

Menos trascendencia han tenido las declaraciones de Paz Velasco, abogada, criminóloga y profesora en la Universidad Católica de Ávila, como ella misma lamentaba en twiter a raíz de unas jornadas universitarias que abordaban la personalidad de los homicidas desde diferentes ámbitos y que tuvo escasa o nula repercusión.

En ellas se concluyó que las conductas criminales no entienden de sexo.

Datos sesgados o inexistentes

Encontrar los datos que confirmen estos hechos es realmente difícil como ha podido descubrir la periodista Leyre Iglesias cuando la semana pasada a raíz de las movilizaciones feministas del 8 de marzo y del asesinato del pequeño Gabriel Cruz a manos de Ana Julia, la pareja de su padre, intento recabar esos datos para Crónica.

Ante la imposibilidad de encontrarlos por internet se dirigió directamente al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad donde le reconocieron que “No tenemos esos datos, sólo registramos a los menores asesinados por sus padres varones”. ¿Donde encontrar entonces la verdad de este fenómeno si las autoridades solo ponen el ojo en una parte de la sociedad?

¿A quién matan los hombres?

Así como, según declaró Enrico Bisogno, jefe de la Unidad de Desarrollo de Datos de la UNODC, a BBC Mundo: “el 90% de quienes cometen homicidio en el mundo son hombres y la tasa es similar en todas las regiones”. También matizó que el 80% de las víctimas de homicidio intencional en todo el planeta son hombres.

Es decir, hombres matando hombres. ¿Y qué ocurre con las mujeres? ¿A quièn matan?

¿A quién matan las mujeres?

Debido a la falta de interés de las autoridades para recabar este tipo de datos unicamente podemos hacernos una idea aproximada, aunque fiable, a través de resoluciones judiciales y de fuentes periodísticas ya que, al fin y al cabo, aunque muchos de estos crímenes cometidos por mujeres no los registre ningún estamento oficial, si que aparecen en los periódicos. De esta manera, la recopilación que ha llevado a cabo Crónica no deja lugar a dudas sobre la posible proporción hombres mujeres en, por ejemplo, los parricidios: En los últimos 5 años, 28 niños han sido asfixiados, arrojados por ventanas, golpeados hasta morir o acuchillados por 25 mujeres (22 madres y 3 madrastras).

Con toda seguridad, debido a la ausencia de datos oficiales, esta cifra sea mucho mayor. Para empezar, no están incluidos los al menos 10 casos de bebés tirados a la basura por falta de información sobre su desarrollo judicial. En la recopilación también se descartaron los casos donde la madre había sido condenada por omisión al no evitar el fallecimiento del menor por sus compañeros ni los homicidios imprudentes. De lo que, por supuesto, si hay cifras oficiales es de los niños asesinados por progenitores varones.

En esos 5 años 20 padres, parejas o exparejas de las madres se han llevado por delante la vida de 24 menores. 25 niños asesinados por varones frente a no menos de un mínimo de casi 40 por mujeres. La ciencia y la estadística son corceles difícil de domar y, en ocasiones, el jinete puede caer al intentar ponerlos de su parte.