Las nuevas tecnologías han traído cambios insospechados, hace apenas unos años. Las personas mayores de edad que no tienen pareja se han vuelto un nicho de mercado apetecible para emprendedores y comerciantes. Ser soltero y querer dejar de serlo, implica para muchos, gastar entre 200 y 500 euros al mes.

Ana tiene 42 años, trabaja como autónoma y vive en centro de Madrid. Cuenta que está sin pareja desde hace 3 años y que en los últimos 2 ha empezado a utilizar aplicaciones móviles para conocer gente. "He hecho buenos amigos, pero todavía no he encontrado a la persona que me enamore", asegura con el móvil en la mano.

Los primeros 3 meses, utilizó el servicio básico que le ofrecía una app de contactos que ya utilizaba una amiga suya. Luego, tras no encontrar lo que buscaba, eligió el servicio de pago de la misma aplicación. Durante uno meses contrató el servicio mensualmente, algo que le costaba 20 euros, sin embargo, con el correr de los meses optó por la suscripción anual, unos 100 euros totales, lo que le dejaba el servicio a poco más de 8 euros.

Ana reconoce que se fue enganchando de una manera que no imaginaba. No solo optó por tener el servicio plus, sino que sumó otras aplicaciones móviles a su rutina diaria de buscar pareja. Reconoce que de las otras Apps de citas utiliza el servicio gratuito. Comenzó a tener citas, casi todos los fines de semana, algo que requería una inversión de cerca de 20 euros por salida.

"Muchas veces, me invitaban ellos, pero yo prefiero pagar lo que consumo. Es una manera de no generarle falsas expectativas a la otra persona."

Las citas, le generaron una rutina, no solo para revisar perfiles y chatear. Se apuntó a clases de spinning y en charlas de idiomas. Cada 15 días practica inglés con un grupo de personas en un conocido bar de la ciudad.

Las clases están organizadas por un profesor que cobra por su tarea y además, los alumnos abonan lo que quieran consumir.

La cuota en el gimnasio cuesta 25 euros, y las clases de inglés, bebida incluida, unos 15 euros quincenales.

Inés, lleva un año de novia. A sus 38 años cuenta que a sus últimas tres relaciones las conoció por una aplicación de contactos.

Para ella es un servicio serio y práctico. "Yo encontré en estas redes sociales algo que me resultaba muy cómodo y me daba tranquilidad. Alguna vez me equivoqué, pero casi siempre he salido con personas muy interesantes, aunque luego no terminara en una relación. Yo ahí encontré amigos y gente con la que compartía intereses." Inés también utilizaba la versión de pago. "Creo el el servicio básico, el gratuito, sirve para engancharte y que conozcas de qué va, pero si quieres algo serio terminas pasándote al plus."

José es también usuario de estas aplicaciones y quien trae a la conversación el tema de las vacaciones. "Cuando pasas cierta edad, ir de vacaciones con amigos es prácticamente imposible.

O Aceptas sentirte extraño durante toda la estadía, porque eres el único que está soltero y sin niños, o no te invitan." Inés y Ana reconocen que los días libres y el periodo de vacaciones, no siempre lo viven o vivían (en el caso de Inés) con satisfacción.

Hasta que descubrieron los viajes para singles, un servicio que cuesta algo más que el organizado por cualquier agencia de viajes, pero que asegura Solteros con quien compartir esos días."

"La mayoría de esos viajeros son mujeres, pero es interesante porque tienes otros temas de conversación y haces amigas. Hay hombres, pero no es algo descarado, en lo que solo se busque ligar", sostiene Ana que ha viajado en dos oportunidades con otros solteros provenientes de todas partes del país. El próximo paso es un crucero, también de personas sin parejas.