Desde la fatídica noche del 31 del agosto, cuando la princesa de Gales sufrió el accidente automovilístico que terminara con su vida, los rumores y especulaciones no mermado. Ni siquiera los 20 años transcurridos han hecho que las hipótesis sobre su muerte disminuyan.
Todo comenzó un día antes, Diana y Dodi Al Fayed pospusieron su viaje a Londres por unas horas, haciendo una escala más larga de lo previsto en París. Corría el 30 de agosto de 1997, la mujer más perseguida por paparazzis y periodistas y su rico acompañante regresaban de sus vacaciones.
Cenaron en el hotel Ritz, propiedad de la familia Al Fayed, pero en lugar de pasar la noche en una de sus habitaciones, la pareja prefirió la intimidad de un departamento que Dodi tenía en el centro de París.
Salieron por la puerta trasera, parte de una estrategia por despistar a los fotógrafos que aguardaban en la puerta del hotel.
El accidente fatal
Pese a los intentos de Mohamed Al-Fayed, padre del fallecido Dodi Al Fayed, de demostrar que Diana y su hijo los habían asesinado, nunca se ha podido demostrar. Desde el fallecimiento de tres de los cuatro integrantes del vehículo hasta el año 2006 existieron investigaciones por parte de autoridades francesas y británicas. Ninguna pericia pudo comprobar más que el exceso de velocidad y una reducción en los reflejos del conductor, que al parecer habría mezclado tranquilizantes con alcohol, provocaron el accidente mortal.
Durante años se especuló con la existencia de imágenes de Diana agonizando dentro del coche siniestrado, algo que nunca llegó a publicarse, pero se asegura que existen. Los siete reporteros que perseguían a la pareja por el tunel fueron detenidos las horas siguientes, sin embargo, fueron absueltos poco tiempo después. Solo tres de ellos, Jacques Langevin, Christian Martinez y Eric Chassery y tras la apelación del padre de Dodi, fueron condenados a pagar una cifra simbólica por violar la privacidad de la pareja esa noche.
En el documental que esta noche hará pública la BBC, los hijos de Diana reconocen que los medios fueron parte de la muerte de la princesa.
El lugar de los medios de comunicación
Fue una muerte que conmocionó al mundo entero. Su relación de amor odio con la prensa comenzó en el mismo momento en el que la Casa Real Británica anunció su compromiso con el heredero al trono.
Sin embargo, fue en 1992, con los primeros rumores de separación, que los fotógrafos se obsesionaron con ella. Cuatro años después, se hacía público el divorcio entre ella y el Príncipe Carlos de Inglaterra.
Su popularidad era tal que fue imposible quitarle el título, motivo que la convirtió en la primera princesa no real del país. Su residencia, en un edificio aparte, continuó siendo en el Palacio de Kensington. Las reiteradas infidelidades por ambas partes, terminaron por erosionar a la pareja, que decidió distanciarse pero mantener un vínculo estrecho. Especialmente para cuidar de los hijos del matrimonio y herederos en segunda y tercera línea al trono. Las intenciones eran buenas, pero tenían idas y vueltas, como ocurrió en 1995.
Un año antes de que firmaran el acuerdo de divorcio, Diana ofreció una entrevista televisiva en la que confesaba que había sufrido bulimia y que su matrimonio lo integraban 3 personas, en alusión a la relación extramatrimonial que el príncipe mantenía con Camila Parker-Bowles.
Diana y la prensa mantuvieron un vínculo enfermizo. Cada paso de la princesa era seguido en directo por decenas de paparazzi, hecho que revalorizaba su figura y su papel en la ayuda humanitaria. Algunas fuentes aseguran que Diana alertaba a ciertos medios de los sitios que visitaría, con otras intenciones como darle celos a su ex pareja mientras veraneaba con Al Fayed.