Es muy probable que los hijos de Juana Rivas, sientan el mismo desconcierto que su madre. Pese a la sentencia que la obliga a entregar a los menores a su padre, para que regresen a Italia, la mujer se ha negado y ha optado por esconderse.

Hace un año, aproximadamente, Juana arregló con su esposo, que dejaría Italia con los niños, por un tiempo para regresar a España a descansar y recuperarse de todo el desgaste y deterioro que el maltrato le ocasionó. A sus 36 años, la española, viajó a Macarena (Granada) con sus dos hijos de 11 y 3 años, y una vez aquí interpuso la denuncia por malos tratos.

Pese al apoyo político y social, la justicia determinó que estaba incumpliendo el Convenio Internacional de Sustracción de Menores. Desde el pasado miércoles, Juana y sus hijos se encuentran en paradero desconocido, porque esta medida la ata de pies y manos. SÍ los niños vuelven a Italia con su padre y ella regresa junto a ellos, queda indefensa y a merced de un hombre que la anuló como persona y la golpeó en reiteradas ocasiones. Si no lo hace, desobedece una orden judicial y queda en falta.

¿Puede un maltratador ser un buen padre?

Este es un punto en que el no todos los especialistas en Violencia de género logran ponerse de acuerdo. Así como no siempre una persona que maltrata ha sido maltratado, la tendencia es que sea todo lo contrario.

La violencia, doméstica, psicológica y física, es una cuestión de educación. Un niño que aprende que bajo los supuestos lazos de amor y cariño se convive, normaliza la violencia. Crece pensando que los que te quieren, te gritan, te insultan y te pegan y eso suele guardarse de manera inconsciente y repetirse en la vida adulta.

Para otros expertos, en cuanto a la paternidad que pueden ejercer los hombres que tienen condenas por malos tratos, es importante centrarse en cada caso. En algunas ocasiones, la agresividad del hombre es solamente con la mujer, por lo que no necesariamente eso lo convierte en mal padre. Pero, por lo general, la violencia suele ejercerse frente a los niños, aunque ellos no sean los destinatarios, se los considera víctimas también de la violencia.

Por lo tanto, saber si un hombre que ejerce cualquier tipo de violencia contra su pareja es buen padre, es relativo en varios aspectos.

La gran mayoría de la mujeres que toma la decisión de separarse de una pareja agresiva, asegura que el principal motivo ha sido "salvar a sus hijos". La fuerza para enfrentarse al proceso la encuentran en la necesidad de sus niños no sufran las vivencias del maltrato.

"Cuando mi madre se separó fue peor, porque los que yo pensaba que me iban a proteger, no lo hicieron", cuenta una adolescente que cuando sus padres se divorciaron por violencia, tenía apenas 4 años. A la madre, le aplicaron el síndrome de alienación parental. Durante 3 meses perdió la custodia de sus hijos de 4 y 6 años.

Tiempo en el que también le prohibieron cualquier contacto con los niños. "Los recuperé a los 3 meses por una serie de circunstancias", entre ellas pericias psicológicas que demostraban que no había interferido en la relación padre/hijos. Este síndrome presupone que la progenitora, manipula la razón y el interés de los menores en contra del padre.

"Yo recuerdo la noche anterior a la que nos tuviera que entregar. Le decía ""no te vayas, por favor, no te vayas"". Te cambia todo, tus amigos, tu entorno, a mi la mente me cambió completamente", pasaron más de 10 años pero Patricia recuerda aquella madrugada en la que debía despedirse de su madre con lágrimas en los ojos. La joven no habla con su padre desde el año 2014.

La autora de "Ya no tengo miedo", recibió una carta de su progenitor hace 3 años, donde reconocía que le había pegado a su madre. Ese día y con la carta en la mano, la joven llamó a la policía y logró que le reconocieran su derecho a no volver a ver a su padre o "progenitor biológico", como le dice ella. Hace apenas unos horas, reconocía en una entrevista televisiva, el dolor y la tristeza que los malos tratos hacía su madre le provocaron.