La solidaridad del pueblo español con Juana Rivas ha dejado en claro que la Violencia de género es algo que compromete a la ciudadanía.
Los carteles por todo el pueblo de Macarena con la frase Juana está en mi casa, llevaron a que las redes sociales imitaran la actitud. Así, podía encontrarse a miles de usuarios en Facebook, Twitter e Instagram que bajo el hashtag JuanaEstaEnMiCasa, compartían su preocupación y su empatía por el caso de la mujer granadina.
Juana es cualquier mujer, es todas las mujeres que han sufrido malos tratos. La gran mayoría de las víctimas de violencia de género sostiene que los hijos han sido el punto y aparte.
Cuando los niños comienzan a sufrir por el dolor de las madres, los gritos desmesurados, el miedo y la anulación, ellas cobran aún más fuerza y escapan.
Desde el miércoles, fecha en la que estaba previsto que la mujer entregara en un punto de encuentro al padre los niños, está en paradero desconocido. Está en casa de todos, en el corazón de cada uno y en un pedido de justicia urgente, que la proteja a ella y a los pequeños.
Francisca Granados, asesora jurídica de Rivas, asegura que la mujer no está en búsqueda y captura y que tampoco corre riesgo de ser detenida por el momento.