No es la primera vez que Andrea Torres Balaguer vive expectante la resolución de un premio. Los últimos días de febrero Sony World Photography Awards 2017, uno de los concursos de fotografía más prestigiosos del mundo la elegía como finalista, dentro de los 10 mejores fotógrafos del mundo.

En esta ocasión el jurado buscaba la imagen más representativa del mundo contemporáneo. Andrea participa de la categoría Open Enhanced, con la fotografía titulada "The Unknown", de una serie de autorretratos que la artistas ha hecho para experimentar con la identidad.

¿Qué elementos de la contemporaneidad crees que tiene tu fotografía para estar seleccionada en estos premios tan importantes?

La categoría en la que me presenté, Enhanced (fotografía manipulada) es la más experimental. Creo que el hecho de tener libertad para intervenir en la imagen es un acto de por sí muy “contemporáneo” si hablamos de unos premios que son específicos de fotografía. De la misma forma que directamente relacionamos la manipulación o edición de la fotografía con técnicas digitales, en mi caso modifiqué el retrato de forma física con pintura real, re-fotografiando posteriormente la imagen. Modificarla de forma manual mezclando técnicas quizás es un punto que puede haber llamado la atención del jurado.

¿Qué historia hay detrás de "The Unknown"?

The Unknown empezó como una serie de autoretratos donde se despojaba al personaje de su identidad a través de la ocultación del rostro. Usando como precedente mi anterior serie “Moon”, donde los personajes escondían la cara de forma voluntaria, quise traspasarlo a una acción física usando pintura real.

Me di cuenta que añadía connotaciones un poco mas agresivas, ya que el rostro se ocultaba por decisión del autor y no del propio personaje, de modo que decidí aplicar la acción sobre mi misma y no sobre otras personas que fotografío habitualmente. De esta forma no solo se despoja al propio autor de su identidad sino que además se crean identidades nuevas que dependen de la postura, el vestuario y los colores en vez de los rasgos faciales.

¿Por qué has elegido tapar los rostros de los modelos en esas fotografías?

El rostro es una de las primeras cosas que nos identifica la identidad de un individuo. Cuando contemplas un retrato, aunque no conozcas al personaje, asociamos mentalmente esos rasgos a alguien que reconocemos. Las fotografías son autoretratos, ocultando el rostro dejan de ser “yo” o “el autor” para pasar a ser personajes distintos que el espectador imagina con infinidad de rostros distintos. Me gusta la idea que cada persona que observe la imagen le ponga cara a la figura. Hay tantas identidades y rostros como espectadores observan la fotografía.

La joven artista catalana ha buscado inspiración en lo onírico y lo surrealista.

Una conjunción entre teorías psicoanalíticas y submundos de mágica ilusión. La serie de retratos que compone este maravilloso trabajo puede apreciarse en su página web, aunque ha sido exhibido en Estados Unidos y Europa.