Según algunos estudios del mercado inmobiliario, alquilar el piso por la plataforma más conocida del sector, Airbnb, cuadruplica las ganancias. De unos 1.200 € por los que puede alquilarse anualmente un piso en Barcelona, a 4.600 € que deja de rédito uno vacacional.
Este hecho ha provocado que nuevos inversores se interesen por el negocio. Los especialistas aseguran que lo más importante es la zona en la que se adquiera el piso. Tiene que ser de interés turístico permanente. El fenómeno no ocurre solo en España, está invadiendo las grandes capitales del mundo, sin embargo, suele costar más de un dolor de cabeza.
Así como los ingresos se multiplican, los riesgos también. Mientras que, si un propietario tiene suerte y da con un inquilino responsable, al menos tiene un año de calma, en los alquileres turísticos eso no existe.
En muchos casos, un piso suele ser habitado por hasta 5 pasajeros diferentes en 1 semana. Los riesgos son muchos, descuidos y roturas del mobiliario, pueden significar un gasto extra considerable.