Desde que se puso en vigor el real decreto 16/2012 que supuso la pérdida de la cobertura universal a una población. Muchos vecinos del barrio de Villaverde sufrieron ésta perdida. Javier González Medel, especialista de medicina familiar y comunitaria, es uno de los médicos que más años lleva en el centro de salud Potes, los Hogares. Un profesional que ha tenido que lidiar diariamente con esa situación.
¿Cuáles son los problemas que soluciona esta recuperación?
Dos problemas fundamentales, el primero es que se le concede a una persona excluida, un derecho.
Ha recuperado su derecho a tener los recursos sanitarios del sistema. Además, las mujeres, niños, familiares… recuperan también, no solo los tratamientos, sino la función preventiva, como las vacunas u otros servicios.
Por otra parte esto no es solo positivo para esta población, también para el resto. Las enfermedades, sobre todo las infecciosas, no entienden ni de colores, ni de razas se pueden extender a toda la población. Mantener esa prohibición sería una medida anti salud pública.
¿Cómo entiende la ciudadanía, esta decisión, la percepción del bien común?
Por desgracia el desarrollo cultural que hay en este país es bastante bajo a ciertos niveles. Es un país que tiene serios déficits culturales, que hace que en las capas más humildes compitan.
Hay una parte de la población que no lo entiende. No creen que los que vienen de fuera, tengan el mismo derecho que los que son de aquí. Esto como es natural, es un gran error. Primero por la razón anterior expuesta, una enfermedad infecciosa tarde o temprano te va a llegar a ti, simplemente por cuestiones egoístas ya sería un error.
Pero además, la sanidad pública se sufraga por impuestos generales, entre ellos el IVA. No es por la seguridad social, es decir cualquier persona que compre un producto… tiene derecho a la sanidad pública. Si no se la das, además, le estas estafando. La ciudadanía cree que se paga por vía de seguridad social y ya no es así.
¿La intervención de la ciudadanía ha sido crucial para recuperar la tarjeta sanitaria?
La tarjeta sanitaria se ha recuperado porque ha habido mucha movilización al respecto, y además hay muchos argumentos de sentido común, de salud pública y de justicia, y en otro plano porque si no, la democracia brillaría por su ausencia.
El volver a una situación de asistencia de salud universal es una demanda generalizada y aún no estamos en los niveles del año 2012. En unas comunidades sí, en otras no.
¿Las mesas de participación comunitaria en salud, frente a decisiones que atañen a la comunidad, se hacen cada vez más necesarias?
Los avances se dan porque la gente participa. Los profesionales solos no van a ningún sitio, algunas veces incluso son una rémora.
No nos tenemos que engañar, los profesionales no pueden ser la vanguardia, pueden aportar, pero esencialmente tiene que ser la gente los que movilicen. En ese sentido las mesas de participación comunitaria en salud, son una herramienta que viene a sustituir los consejos de salud que eran más avanzados. Ha habido un retroceso, aunque algo queda, la mesa de participación comunitaria es un espacio donde lo socio-sanitario y la ciudadanía se unen. Estamos lejos aún, que esto tenga una función ejecutiva o reivindicativa o que el barrio lo conozca. Yo creo que desde las instituciones no hay ningún interés para que funcione esto, porque no les interesa que la población se organice.
¿No crees que cuando un profesional se pone delante de una reivindicación, la ciudadanía lo acepta mejor?
No creas que eso es así, hay un cierto mito. En ese sentido hay de todo, hay profesionales que si se ponen delante pueden tener sus propios intereses. La proa no pueden ser los profesionales, esencialmente tienen que ser los ciudadanos. Los profesionales pueden estar, es lógico que si necesitan un técnico, el conocimiento que aporta será positivo. Pero no pueden ser los que tomen la decisión. Haríamos lo de los tecnócratas, todo para el pueblo pero sin el pueblo.