España es uno de los países donde más horas se trabaja, sin embargo, es de los menos productivos. Aquí se trabaja una media anual de 1686 horas, muchas horas en comparación con Alemania con 1396 o Francia con 1476. En el 2012 la fundación BBVA elaboró un informe, el cual indicaba que por productividad por hora de trabajo España tenía una puntuación de 68.5 puntos, siendo la media de la eurozona 75.9 y muy lejos de Alemania 87.1.
Forma parte de la idiosincrasia española la jornada partida, la cual siempre se ha cuestionado, en comparación con la continua como es más común en el resto de Europa.
Son muchos los trabajadores que ven el horario español con negatividad, ya que la jornada partida impiden las relaciones familiares y el tener que estar muchas horas en el trabajo. Iberdrola es la empresa que ejemplifica la excepción, puesto que adoptó un plan de conciliación familiar, donde los trabajadores tenían una jornada continua de 7:30 hasta las 15,30. El 75% de los españoles afirman no disponer de tiempo para cuidar a sus hijos. Según el EUROSTAT el 88% de las empresas españolas rigen y condicionan el horario laboral de los trabajadores.
Según un informe de ADECO solo el 7% de los trabajadores españoles trabaja mediante el llamado teletrabajo, la media europea se sitúa en 13%. Este sistema tan beneficioso para empresas y para familias no acaba de encajar en la mentalidad española.
El teletrabajo es positivo para las familias, así, éstas reconciliarían de manera viable las relaciones familiares, además de ahorrar tiempo y dinero en el transporte. Las empresas también se benefician de ello al ahorrar costes de oficinas.
Finalmente, cabe añadir que los valores en el ámbito laboral difieren de los de otros países de Europa.
En muchas ocasiones, en España, prevalece, el enchufismo al currículum, priman más los contactos sin importar su nivel educativo, sobre todo en familiares, antes que la confianza en una persona cualificada y competente a la hora de la contratación laboral.