La actriz Kirstie Alley, muy popular durante las décadas de 1980 y 1990 gracias a sus papeles en series de televisión como ‘Cheers’ y películas como ‘Mira quién habla’, ha fallecido este martes a la edad de 71 años, víctima de un Cáncer.

Los hijos de Kirstie Alley han comunicado su fallecimiento en las redes sociales

Ha sido la familia de la intérprete la responsable de confirmar la noticia: sus hijos Lillie Parker y William True han compartido un comunicado en las redes sociales confirmando la triste noticia. Kirstie Alley, que había nacido en el año 1951 en Wichita, en el estado de Kansas, ha muerto a consecuencias de un cáncer que le fue descubierto recientemente y al que hizo frente "con gran fuerza".

El comunicado firmado por sus hijos añade que Kirstie Alley les ha dejado con la certeza de su alegría de vivir por todas las aventuras que le quedaban por delante.

Los hijos de la actriz, fruto de su relación con el también intérprete Parker Stevenson, han querido dar las gracias a todos los trabajadores sanitarios del centro hospitalario Moffit Cancer Center, donde estuvo ingresada la actriz en Florida.

Alley se hizo famosa a nivel mundial gracias al personaje de Rebecca Howe, la gerente del histórico ‘Cheers’, el bar más conocido de la historia de la televisión de Estados Unidos. Alley se convirtió en una auténtica estrella en una serie que no solo catapultó su carrera, pero también la de Kelsey Grammer, Ted Danson, George Wendt o Woody Harrelson.

Gracias a este papel, Kristie Alley fue nominada cinco veces a los Premios Emmy, logrando la estatuilla en el año 1991 en la sección de mejor actriz. En el año 1994, también lograría un Emmy por su papel de madre de un niño autista en ‘David's mother’.

'Mira quién habla' recaudó 140 millones de dólares en EE. UU.

En el Cine, aunque llevaba trabajando desde el año 1982 (apareció en la entrega de Star Trek, ‘La ira de Khan’) e protagonizó títulos como ‘Fuera de control’ (junto a Tom Selleck) o ‘Campeones’ (con John Hurt), su mayor éxito fue ‘Mira quién habla’ (en inglés, Look Who's Talking) junto a John Travolta, en el año 1989.

Aunque la crítica no la valoró muy bien (fue calificada de demasiado simplona y tierna), logró recaudar 140 millones de dólares solo en Estados Unidos y se realizaron dos películas más sobre la trama lo que significó uno de los grandes éxitos comerciales de los primeros años de los años 1990.

En los últimos años, Kirstie Alley era más conocida por sus ideas políticas que por su carrera.

A diferencia de sus compañeros de trabajo, la actriz era conservadora (aunque confesó haber votado a Obama) y era una gran defensora de Donald Trump, incluso llegando a decir que le echaba de menos de Twitter, cuando el expresidente fue expulsado de la red social.