Alba Carrillo ha tratado uno de los episodios más complicados de su vida en el podcast que comparte junto a Nagore Robles, Nos hemos liado. Fue después de su divorcio del tenista Feliciano López, la colaboradora acabó sufriendo una depresión y tuvo que permanecer ingresada en la prestigiosa clínica López Ibor de Madrid. Según ella, tanto la ruptura como la sobreexposición en los medios de comunicación le hicieron sufrir esta enfermedad y no dudó a la hora de pedir ayuda a profesionales.

Alba Carrillo necesitaba descansar y solo estuvo un día en la López Ibor

La conversación con las novedades de su fractura de brazo (Alba Carrillo sufrió una aparatosa caída en la sala de peluquería de Mediaset) confirmó que no va a necesitar pasar por el quirófano y cuál iba a ser la recuperación que iba a llevar a cabo para estar al 100% lo antes posible. No se ha roto nunca nada. Le ha dicho el doctor que aunque es una rotura al ser joven, tener buena movilidad... van a ser cuatro semanas de recuperación, tiene que ir haciendo ejercicios en casa pero al menos, no tiene que ser operada porque eso sí que le daba miedo y seguirá cumpliendo con todas sus obligaciones laborales.

Por primera vez trató uno de los episodios más complicados de su vida: su ingreso en la clínica psiquiátrica López Ibor de la ciudad de Madrid por culpa de una depresión en la que se sumió tras el divorcio con Feliciano López, hace seis años.

Fue durante una conversación con el influencer Luc Loren en el que hablaron de la importancia que tiene la salud mental y la poca importancia que se le da.

Con la honestidad que le suele caracterizar, Alba Carrillo habló de esta experiencia vital: La modelo estuvo ingresada en la clínica psiquiátrica López Ibor hace ya seis años, estuvo solo un día porque sufría una depresión, tenía que descansar (no era capaz de dormir) y la pusieron… Estuvo 24 horas porque le dio miedo pensar en la presión mediática.

Por sufrir una depresión a ella la señalaron como si estuviera loca, y cada vez que le querían insultar o desacreditar le ponían una imagen de ‘mira ingresando en la López Ibor’.

Alba explicó que estaba sufriendo una crisis, no era capaz de dormir y ya iba a terapia externa en la mencionada clínica, por lo que los profesionales tomaron la decisión de ingresarla, darle medicación específica y que así descansase.

Un durísimo trance que tuvo que superar a pesar de que estaba sufriendo una sobreexposición en los medios de comunicación y era objeto de burla constante en las redes sociales por sus ‘haters’.

La colaboradora de Mediaset tuvo que hacerse fuerte ante las críticas y no dudaba en defenderse pues dejar atrás esa etapa de su vida le hizo, le hace y le hará sentirse muy orgullosa de sí misma. Y ha querido destacar que no se valora la importancia de la salud mental y lo necesario que es pedir ayuda a profesionales cuando tenemos problemas: ‘Tuve depresión y me dediqué un tiempo'. Logró superarlo gracias a sus esfuerzo y a confiar en grandes profesionales. No se puede estigmatizar a la gente, ni intentar utilizarlo como un insulto porque es una experiencia digna de alabanza.

A ella no le ofenden pues lo considera su gran victoria a nivel personal.

Ahora Alba reconoce que se siente muy fuerte y entre sus objetivos está volver a ser madre, aunque esta vez sea a solitario. Ya había hablado de ello en el plató de 'Fiesta': Su intención es hacerlo sola, sus padres van a estar apoyándola. Va a ser a través de un donante, ya ha congelado sus óvulos porque se lo recomendaron hace tiempo y que lo hiciera antes de cumplir 35 años. Hizo todo el proceso necesario, que es mucho más duro de lo que pensaba. En julio cumplió los 36 años y le gustaría pronto.