Maite Galdeano ha hablado recientemente sobre algunos aspectos importantes de su vida. Indudablemente, uno de los más relevantes es su diagnóstico de Cáncer de sangre, un tema que detalló en una entrevista para la revista Lecturas. Maite ha decidido explicar la manera como le contó esta situación de su salud a su hija Sofía Suescun, luego de escondérselo durante varios años.
Maite ha comentado que esta enfermedad le fue diagnosticada cuando tenía 38 años. Dijo que en la clínica universitaria de Navarra le realizaron algunas pruebas médicas de contraste y que la enfermedad que padece es genética.
Agregó que esta es una dolencia de salud desconocida y, por este motivo, no dominan muy bien. Además, fue hasta hace poco cuando tomó la decisión de contárselo a su hija Sofía. Desveló que este tema no lo sabía la influencer porque “me lo callé” y admitió que lo del cáncer es algo que no se lo había contado hasta hace poco, antes solamente le comentaba a su hija que mamá tiene un problema de salud en la sangre y que esto también le había ocurrido a su abuelo y que se lo tiene que tratar.
Sofía Suescun se desmoronó al enterarse que su madre está enferma de cáncer de sangre
Sin embargo, la ganadora de Gran Hermano se daba cuenta de que algo estaba ocurriendo. Mientras Maite confesó que a ella le han hecho exámenes sanguíneos muy fuertes, los cuales calificó de “auténticas sangrías” y claro su hija Sofía se enteraba.
Explicó que estos análisis médicos le provocaban mareos, la hacían sentirse “súper mal” y la fatigaban.
Debido a toda esta situación tuvo que ir diciéndoselo poco a poco. En relación a la forma como Sofía asimiló esta situación, la de Pamplona ha dicho que su hija es callada y por esto se derrumbó. Agregó que esta enfermedad las ha pillado a las dos juntas.
Dijo que Sofía siempre la ha visto mal y también ha sido testigo de la forma cómo la “incapacitaban”.
Maite Galdeano tiene varias enfermedades, además del cáncer de sangre
A nivel psicológico, la enfermedad de Maite afectó mucho a Sofía. Especialmente cuando Maite tenía que renovar sus permisos para conducir y le informaron que con esta dolencia de salud no tenía permitido manejar autobuses.
Incluso le informaron que si conducía podría provocar crímenes. Maite agregó que todo esto la sofocó y comenzó a padecer de depresión, una situación que la comenzó a desmoronar. Dijo que empezó a asistir a psicólogos a psiquiatras, porque no podía conducir, ni nada, tampoco podía asimilarlo lo que estaba viviendo.
Por su parte, Sofía ha explicado que siente mucha preocupación por la salud de su madre, quien de acuerdo a sus palabras, en cualquier momento “puede morir”. Por otra parte, otros padecimientos afectan también la vida de Maite, quien ha explicado que sufre de fibromialgia, cefalea, artritis y gastritis crónica, además no tiene tiroides y le desplazaron una zona de la columna.