De nuevo Kiko Matamoros ha sido el primer salvado de los nominados de esta semana, algo que nadie entiende y que hace que la audiencia no acabe de acompañar (un 18,3% ayer) al que siempre ha sido el reality más apreciado y visto de Telecinco, porque consideran que tanto Matamoros como Anabel son los grandes protegidos de la cadena y por eso se les perdona todo con tal de que lleguen a la final, mientras que hay auténticos supervivientes en el grupo que lo merecen más.

Kiko Matamoros entona el mea culpa

El puente de las emociones’ de Kiko Matamoros ha servido para que mostrase su arrepentimiento y su vergüenza por la forma en que ha tratado a sus hijos.

A dos de ellas, prácticamente ni las conocía, sobre todo a la más pequeña de las que tuvo con su primera mujer, a quien ha comenzado a tratar, según él gracias a la mediación de su novia, y de la que se siente muy orgulloso.

Con su hija pequeña Anita, fruto de su relación con Makoke, no tiene ningún contacto tras la terrible separación que él y Makoke protagonizaron y que ha hecho que Anita esté apoyando a su madre totalmente. Kiko muy compungido, aseguraba que a pesar de la distancia la sigue queriendo y que si algún día lo necesita estará ahí, lo quiera ella o no. No sabemos que pensará Anita de esta declaración de intenciones.

Se dolió también el tertuliano que pese a su gran capacidad intelectual ¡Y que viva la autoestima!

Se ha convertido en un monigote televisivo, aunque muy bien pagado.

Pidió perdón a sus hermanos por exponerlos en Televisión contando intimidades familiares, lamentando haber hablado mal de su padre y haberlo juzgado con excesiva dureza en público y aseguraba que ahora que ha muerto es cuando ha aprendido a quererle.

De su madre contaba que fue incapaz de atenderla en el último año de su vida en que sufría demencia y metástasis del cáncer que padecía, según él porque no podía verla en el estado tan deteriorado en que se hallaba: “La descuidé y fui un cobarde… no me lo perdono”.

Confesando además que ha sido incapaz de esparcir sus cenizas.

Toda una vida de adicciones y el tratamiento que sigue en ‘Supervivientes’

Capítulo aparte merece el repaso que Matamoros hizo de sus adicciones de las hasta hace poco presumía: “He jugado con la muerte a la ruleta rusa”. Volvía a reconocer que ha sido adicto a la cocaína durante 50 años por haber entendido que la vida era una aventura y que además en esos años fumaba tres paquetes de tabaco diarios.

Según él está en fase de recuperación, al ver que tenía las mucosas de la nariz necrosadas, lo que le impedía respirar con normalidad. Confiesa que comenzó a rehabilitarse mes y medio antes de comenzar su aventura en ‘Supervivientes’ y que ahora a sus 65 años lleva un tratamiento que sigue también durante el concurso: “Se que no me queda mucha vida”.

Kiko Matamoros dijo que la vida que le quede sabe como quiere vivirla e insistió en que, a pesar de su estado físico, le gustaría tener otro hijo con el que esperaba tener mejor mano que la que tuvo con los anteriores.