El próximo martes 22 de marzo, Isabel Pantoja deberá sentarse nuevamente en el banco de los acusados, en el Juzgado de lo penal número 5 de Malaga, para hacer frente a un posible delito de solvencia punible que puede llevarla de nuevo a prisión, ya que el fiscal pide hasta tres años de cárcel para la madre de Kiko Rivera.
Las malas decisiones que la han llevado de nuevo a juicio
A Isabel Pantoja se la juzgará por un delito de insolvencia punible cometido por su sociedad Panriver, de la que era la administradora única y que se remonta a la venta de la finca marbellí de ‘La Pera’ en 2015.
El fiscal pide además de tres años de cárcel, el pago de una multa de 20 euros diarios durante 18 meses, lo que haría un total de 11.000, que se unirían a los 114.000 euros que en concepto de indemnización le pide Hormofer, la empresa querellante.
Isabel Pantoja ha intentado por todos los medios retrasar el juicio alegando problemas de salud, concretamente una depresión que la tiene de nuevo aislada en su finca Cantora, tan aislada y desubicada, que ni siquiera ha felicitado a su nieto Alberto, hijo de Isa Pantoja, por su cumpleaños. Su depresión no casa mucho con la gira ‘Enámorate’ que tiene programada y que comenzaría con una actuación en Argentina el 24 de mayo
Pantoja, trata de reunir los 114.000 euros que pide fiscalía y que podrían permitir que solamente se le pidiesen dos años de cárcel en lugar de tres y con ello evitar un nuevo ingreso en prisión, pero al parecer los demandantes no están por la labor y el posible acuerdo extrajudicial está lejos de suceder.
La finca de la vergüenza
Isabel Pantoja era en 2015 administradora única de su empresa Panriver 56, S.L., y así contrajo una deuda con la empresa constructora Codabe que realizaba las obras de reforma en ‘La Pera’ que pasó a llamarse ‘Mi Gitana’ cuando ella y el exalcalde de Marbella, vivían días de vino y rosas, creyéndose en la cima del mundo e intocables.
Los hechos son los siguientes: la empresa constructora mantenía una deuda con la promotora Hormofer y los juzgados estimaron que la deuda de la tonadillera debía ser pagada a esta última empresa. La constructora Codabe e Isabel Pantoja se aliaron para beneficiarse mutuamente de la venta de unos inmuebles embargados, perjudicando así y a sabiendas a la promotora Hormofer.
El 25 de marzo de 2015, la tonadillera a través de Panriver, entregó un cheque de 62.759,10 euros a la constructora Codabe, que se comprometió a nada más reclamar. A continuación, ambos solicitaron a lJuzgado de primera Instancia número 1 de Madrid que archivasen el procedimiento de embargo y eso originó que la promotora Hormofer pudiese cobrar los 114.108 euros que ahora se le reclaman a Pantoja, e igualmente la realización de las fincas embargadas.
La mala voluntad, tanto de la tonadillera como de la constructora, actuando en contra de los intereses de Hormafer es lo que ahora la lleva nuevamente al banquillo de los acusados y a la pena de cárcel de tres años que solicita el fiscal y que la tiene totalmente desesperada.