Teresa Campos, la en otro tiempo presentadora estrella de Telecinco, hace mucho que tuvo que abandonar una carrera de éxitos para refugiarse en su finca de lujo, auténtica casa museo con todo tipo de detalles barrocos, como griferías doradas en unos cuartos de baño totalmente de mármol y una piscina climatizada en la que tanto ella como ‘bigote’ Arrocet retozaban durante su relación.

Una finca de gran lujo que por fin ha logrado vender a bajo precio

Durante años, Teresa Campos ha tenido en venta el ‘casoplón’ como le llamaban sus amigas más fieles, que no dudaban en acompañarla en unas meriendas copiosas y en sus partidas de cartas.

Durante ese periodo de tiempo las rebajas en el precio de la finca se han sucedido y por fin hace unos meses se logró venderla a José Gil, dueño de la firma de calzado española 'Alma en Pena'. El empresario llevaba hace años detrás de la mansión, pero ha sabido esperar hasta conseguir pagar mucho menos por ella, consiguiendo un auténtica ganga.

La mansión con una decoración muy barroca, consta de 1.615 m² construidos en 6.365 m² de terreno. Tiene nada más y nada menos que 15 baños, biblioteca, spa y todos los lujos imaginables, pero la presentadora, que puso en ella todo su esfuerzo y casi todos sus ahorros ganados en sus años de esplendor, se ha quedado sola con el servicio y su situación económica tampoco permite que siga costeando los desorbitados gastos mensuales de mantenimiento.

Había que venderla aun a costa de perder dinero, como así ha sido.

Nadie quiere a Teresa Campos de vecina

Teresa Campos planeaba mudarse a la urbanización exclusiva situada en Aravaca en la que reside su hija mayor Terelu y para ello ya tenía apalabrado un piso en alquiler, una vivienda mucho más acorde con su situación actual y a la que tenía previsto mudarse dentro de poco, ya que el nuevo propietario de su casa se mudará a ella en breve.

Pero no contaba la presentadora con la oposición de los vecinos de la urbanización, un lugar tranquilo que ya se vio alterado con la presencia de Terelu Campos, ya que la prensa está a menudo apostada esperando para verla y captar alguna declaración.

Esto supone un perjuicio para los vecinos de Terelu, que han dicho no a la posibilidad de que la matriarca del clan resida también en la elitista urbanización.

Incluso tienen un grupo de WhatsApp y están perfectamente organizados para impedir el desembarco de Teresa Campos y la lógica alteración de su tranquilidad diaria. No tienen más remedio que aguantar a la hija porque es propietaria, pero no están dispuestos a hacerlo con la madre.

A pesar de que el piso ya estaba apalabrado, el propietario presionado por los vecinos, se ha echado atrás y Teresa Campos busca ahora desesperadamente otro piso por la misma zona para no estar alejada de Terelu. La acompañan en su periplo sus amigas inseparables y su chófer Gustavo.

Lo preocupante es una foto en la que se ve a la presentadora cogida del brazo de sus dos amigas y con serios problemas de movilidad que no le permiten andar sola.

Malos momentos para la antigua reina de las mañanas, que tiene muy preocupadas a sus hijas y a su nieta Alejandra, aunque eso no impide que cada una de ellas haga su vida lejos de su madre y abuela.