El torero Enrique Ponce había planeado irse a dar un paseo por los mares de Almería, la ciudad donde Ana nació. Enrique fue al paseo con su novia y su suegro Federico Soria, disfrutaron del tiempo en trajes de baño sobre la lancha, pero al final tuvieron que regresar a tierra de nuevo y finalizar su viaje. Ana quería bajar del barco, así que saltó para llegar al muelle pero sus cálculos fallaron y terminó cayendo entre las cuerdas que tiene la lancha para sujetarse al muelle. Soria quedó atrapada y cualquier movimiento podría haberla dejado caer al agua, por suerte Enrique ya había bajado y corrió a socorrerla.

Enrique rápidamente reaccionó al ver a Ana entre las cuerdas, a punto de perder el equilibrio y estar sumergida en el agua. Ponce la tomó por los brazos y con ayuda de la fuerza que aplicaba Ana para salir, logró sacarla del peligro. Caer dentro del agua estando cerca de una lancha puede ser peligroso en ciertos casos. Ana Soria estaba notablemente enfadada y asustada, Enrique se dio cuenta de esto porque le dio consuelo para hacerla sentir mejor, y le dio resultado porque Ana comenzó a reír y se lo tomó a broma. Enrique también revisó los brazos de su novia en busca de heridas.

Ana Soria sufrió un pequeño rasguño pero no terminó en el agua, gracias a Enrique

Tras la caída, Ana solo sufrió pequeños rasguños pero por suerte no fue nada grave.

A pesar de que no resultó gravemente herida, el torero de 49 años se preocupó y revisó sus brazos y los lugares donde pudo ser lastimada pero solo encontraron rasguños leves en la superficie posterior del brazo. La caída desató el mar humor de Ana, así que Enrique la abrazó y dio ánimos hasta que ella cedió y empezó a burlarse de su propia caída.

El padre de Ana también estaba presente cuando su hija cayó entre las cuerdas del barco, él se encontraba un poco más lejos que Enrique y estaba evidentemente anonadado y asustado. Francisco Soria intentó ayudar pero Enrique fue el héroe del momento, cuando pudo sacar a Ana Soria y la regresó sana y salva. Además de salvar a su novia a quién ama, Enrique también quedó como todo un caballero frente a las cámaras y para su suegro, demostrando que puede cuidar a su familia sin problemas.

Ana y Enrique disfrutaron su romántico paseo en lancha

A pesar de todo, el viaje sobre la proa de la lancha de Enrique Ponce y la estudiante de derecho de 24 años fue exitoso. Ana Soria salió ilesa de su percance y disfrutó junto a su novio sobre un barco en su ciudad natal. Las fotos tomadas por las cámaras muestran que Ana y Enrique se encontraban románticos, compartiendo besos y abrazos mientras observaban el agua. Porque a pesar de que fue un viaje familiar, disfrutaron tiempo de calidad juntos y de vez en cuando se distanciaban de los demás para estar a solas y charlar.

Pasaron unas breves vacaciones ‘mágicas’ por las corrientes de agua del Cabo de Gata. Ana Soria y Enrique Ponce están disfrutando de su primer año de relación después de hacerla pública y de cerrar sus cuentas oficiales de Instagram para que su relación mejore.

La pareja ha hecho lo posible para hacer que su relación mejore después de tantas historias. Después del buen susto que vivieron y del paseo tan agradable, se fueron a pasear a tierra firme con su mascota, un perro Beagle llamado Nay.

Enrique se siente ‘libre’ después de su divorcio

Antes de que Enrique Ponce estuviera en una relación con Ana Soria, estaba casado con su conocida Mujer de 48 años Paloma Cuevas, la madre de las hijas de Enrique. Después de que su matrimonio se terminara, Enrique y Paloma tomaron la decisión de separarse pero no habían realizado el divorcio oficialmente hasta hace un año. Por lo tanto, Ana y su novio no habían hecho pública su relación hasta hace unos meses después de que el divorcio entre Enrique y su ex esposa fuera oficial.

Paloma Cuevas también dijo haberse sentido ‘liberada’.

Las fuentes cercanas a ellos aseguran que Ponce y Soria están muy enamorados como desde el primer día. Sin embargo, aún no hay señales de compromiso y las esperanzas de una boda a corto plazo desaparecieron cuando Ana dijo: ‘La boda puede producirse, pero en un futuro. Ninguno tiene prisa. No se ha hablado de forma seria sobre eso’. El viaje ha afianzado y fortalecido su relación y ahora Ana se sentirá más segura sabiendo que Enrique estará para ella cuando caiga en las cuerdas de una lancha.