El conflicto entre madre e hija persiste y ataca, cada vez, con mayor precisión. En esta oportunidad, Rocío Carrasco ha vuelto a expresar y desvelar la realidad de su situación familiar en el último episodio de su documental ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’, donde ha dejado en claro su opinión sobre los tratos de su hija, así como la ‘actuación’ de niña desamparada y herida que ha plasmado en la Televisión.

Una relación entre madre e hija bastante contaminada

En el episodio final de su docuserie, ‘Punto de partida’, Rocío Carrasco ha decidido explicarse respecto a la relación que mantiene con su hija, Rocío Flores, y ha puesto en evidencia que sus declaraciones en la televisión no son más que un acto, pues asegura que no es la hija repudiada por su madre ni la niña maravillosa que aparenta en los medios.

Carrasco ha tenido una vida dura y ha pasado por episodios bastantes agrios mientras vivía bajo el presunto abuso de su exesposo, Antonio David Flores, según ha atestiguado varias veces. Sin embargo, aquello también repercutió en su hija, quien en el 2012 le dio una dura paliza a Carrasco, dejándola inconsciente. Fue desde entonces que su relación se quebró y se separaron del todo. Pese a ello, Flores ha acudido repetidas veces a la inmediatez de la televisión para defender a su padre o acusar a Carrasco o para dejarse ver como una hija no deseada por parte de su madre, tal como aquella vez en ‘El Programa de Ana Rosa’ cuando le suplicaba a Carrasco que le contestara las llamadas.

Rocío Carrasco está segura que el llanto de su hija no son más que lágrimas de cocodrilo

Con respecto a dichas súplicas de la exsuperviviente, la hija de Rocío Jurado ha indicado que no respondió a sus peticiones porque no se lo creía, pues habían pasado años desde la última vez en que habían tenido contacto: “Llevo años sin saber nada de ella…", explicaba y reveló que, pese a todo lo sucedido con ella y su padre, nunca había demostrado preocupación.

Por ello, no cree en nada de lo que su hija manifiesta en los medios.

Asimismo, la protagonista de la docuserie ha querido esclarecer que aquella imagen de "niña triste y buena hija" tampoco es real. Tanto Rocío Flores como Carrasco son conscientes de que la mayoría de televidentes se han engullido una apariencia de “niña maravillosa, de niña buenísima y de niña desamparada”, de acuerdo con la hija de ‘la más grande’.

Sin embargo, dejó en claro que, pese a estas últimas declaraciones y a la escasa relación entre ambas, ella no culpa a su hija de ser como es ahora.

Toda lágrima y declaración es parte de una estrategia escenificada, según Carrasco

Carrasco también ha asegurado que todas las veces que Rocío Flores ha salido declarando en su contra en los programas de televisión no ha sido más que parte de una cruel estrategia orquestada por Antonio David para herirla y afectar su imagen. Incluso, aseveró que todas las declaraciones han sido fríamente calculadas y que siempre tienen un beneficio económico detrás. Asimismo, dijo que todo lo que ha dicho y hecho su hija ha sido maniobrado por su exesposo.

También dijo que, al día de hoy, la niña que conocía ya no la puede reconocer en absoluto: Rocío Flores ha armado todas estas escenas atacando a su madre, pero, como lo asegura Carrasco, su hija ha tenido 8 años para preocuparse por ella.

Sin embargo, una vez que llegó al concurso en el que su estadía dependía de la simpatía de la gente, se detuvo a hablar sobre su madre y a pedirle una relación más amorosa.

En este sentido, sostuvo que los hijos también deben demostrar su preocupación y cariño por sus madres, pero Flores no lo ha hecho desde hace mucho; no obstante, se siente muy indignada y triste de que su hija se haya ido a Honduras y recién ahí le haya felicitado por su cumpleaños, algo que no hacía desde que se separaron, concluyó Carrasco en lamentos.