Carlos Navarro, conocido como “El Yoyas” fue condenado a 5 años y 8 meses de prisión por maltrato habitual dentro del ámbito familiar. Su ex Mujer, Fayna Bethencourt y sus dos hijos fueron víctimas de sus maltratos. La canaria relató cómo era convivir con Carlos Navarro, a quien conoció en el reality televisivo “Gran Hermano”.
De los 7 delitos de los que fue acusado, 6 de ellos se cometieron con su ex mujer y sus hijos, y el séptimo contra la nueva pareja de Fayna. Ahora, a pesar de sentirse inconforme con la sentencia, se siente más tranquila al saber que su ex pareja cumplirá un tiempo en prisión y se ha animado a contar como fue la convivencia con él.
Entre sus experiencias traumáticas destaca que dormía con un lápiz afilado bajo la almohada en caso que necesitara defenderse. Esto lo empezó a hacer ya que en una noche, la arrinconó contra la pared, pegó su frente con la de ella y la cogió del cuello. Comentó que no dormía con un arma real como un cuchillo porque eso significaría admitir que estaba realmente en peligro, y una parte de ella no quería admitir eso.
También relató que sus hijos fueron los que la animaron a denunciar a su ex esposo y la impulsaron a dejar esa vida. Su hija a los siete años le dijo que a pesar de su madre le decía que estos actos violentos no volverían pasar, pero pese a eso, siempre pasaban nuevamente, una y otra vez.
Aunque Carlos Navarro se encuentra por ahora en libertad en Barcelona, donde reside, tiene prohibido acercarse o mantener ningún tipo de contacto con su expareja o con sus hijos.
Una relación muy violenta
Durante el juicio, el ministerio del Fiscal relató los diversos episodios de violencia de la que fue víctima su exesposa, entre los cuales está que la amenazó preguntándole “¿Te rompo el brazo o las costillas?
” según la acusación, luego de haber recibido una paliza y ser arrastrada hasta su cuarto, mientras su hijo de tres años era testigo de lo sucedido: "la primera vez que me dio una paliza, mi hijo de tres años intentó defenderme".
La Fiscal sostuvo que Navarro se aprovechaba que Fayna dependía emocionalmente de él y la convencía de que sus padres no la querían.
A esto se le suma que él era el que tenía el control de la economía del hogar, por lo que Fayna perdía cada vez más su autonomía.
Sus hijos, lo mejor de esa relación
Para Fayna, lo peor de esta experiencia fue que tanto ella como sus hijos formaron parte del litigio, pero hoy se siente aliviada con los resultados obtenidos, aunque considera que la condena es todavía insuficiente. Sin embargo, afirma no sentirse arrepentida de haber estada casada con Navarro, pues de esa relación nacieron sus dos hijos, por lo que fueron lo mejor que su exesposo pudo haberle dejado.