Desde que comenzó el confinamiento, el programa de Cuatro 'Cuarto Milenio' paralizó sus grabaciones y la cadena comenzó a emitir reposiciones. En esos momentos, desde su casa y con la ayuda de su mujer, la periodista Carmen Porter, y el apoyo de su compañía, Alma Producciones, Iker Jiménez puso en funcionamiento a través de YouTube el programa 'La estirpe de los libres', desde el cual especula sobre la crisis sanitaria que se vive a nivel mundial.

El comunicador plantea ahora al menos tres hipótesis de cómo el virus pudo llegar al cuerpo humano, y lo hace apoyándose en lo que él considera documentos válidos y personas expertas en ciertos ámbitos.

Del murciélago de herradura a los recolectores de guano

El presentador comenzó a plantear sus hipótesis asegurando que "todos los especialistas piensan que el murciélago traspasa a otro animal esa cualidad vírica y ese animal nos la lega". "Pero, ¿cuál es ese animal?", se pregunta. "No tener constancia de ese animal después de tres meses significa que hay algo que no está claro", según su opinión.

La primera hipótesis que presenta Iker gira en torno a la mordedura de un murciélago a uno o varios operarios del Centro de Control de Enfermedades de Wuhan, lugar que se encuentra a escasos 200 metros del mercado que se ha señalado como la zona donde comenzó a propagarse la COVID-19. Además, añade que dichas instalaciones cuentan "con una seguridad excesivamente baja, algo que no debería ocurrir en un laboratorio P4".

En esta primera hipótesis las comparativas son inferiores al 90%.

Esta hipótesis podría derivar en una segunda. Si el contagio se hubiera producido mediante la picadura de una garrapata a un humano después de que ésta hubiera estado parasitando a un murciélago, esas comparativas aumentarían hasta el 90%.

En la segunda hipótesis, Jiménez se basa en un estudio de la doctora Shi Zhengli y gira en torno a una posible lucha entre un murciélago de herradura y un krait.

Según dicho estudio, si juntásemos el ADN de estos dos animales con el virus SARS-CoV-2, la similitud con el genoma de la COVID-19 sería de un 99,99%.

El krait es un reptil, en concreto una serpiente, y es una de las más venenosas y letales del planeta. Precisamente este animal se puede adquirir con facilidad en el mercado de Wuhan, donde se venden cerca de dos docenas diarias.

La tercera hipótesis habla de que podría darse el caso de que todo fuera "mala suerte y un recolector de guano inhalara de forma directa el vapor que producen los excrementos de murciélago". Sin embargo, si fuera así, de nuevo la similitud con la COVID-19 solo sería del 90%, por lo que de alguna manera el murciélago hubiera tenido que estar en contacto con un krait antes de generar dichos excrementos. Según el veterinario Ignacio Miquel, dichos animales, "a través de las heces, excretan partículas víricas".

El laboratorio de Wuhan

Hace poco más de una semana, Iker Jiménez contó las supuestas interioridades del laboratorio de Wuhan, que se encuentra a escasos 200 metros del mercado donde se piensa que se inició todo.

El presentador aclara que hay tres laboratorios como este en la ciudad, y que son de nivel P4, en teoría de los más seguros del mundo.

Según Jiménez, "en él se trabaja con patógenos fulminantes y con experimentación animal, y se buscan controles de pandemias y vacunas". Además, asegura que este laboratorio es "uno de los mayores semilleros de virus emergentes del mundo, con más de 2.000 en sus cámaras frigoríficas". Para algunos expertos es la "auténtica zona cero".

De ser esto cierto, podría hacer ganar peso a la polémica teoría de Luc Montagnier, Premio Nobel en 2018 y descubridor del VIH. El científico francés sostiene que el virus fue creado. Iker asegura la existencia de "patentes de Coronavirus" por cuestiones empresariales y de cara a la futura vacuna.

Movimiento ante las "calumnias"

Todas estas especulaciones -ninguna de las anteriores hipótesis o teorías han sido ni mucho menos demostradas- no le están saliendo gratis al presentador. Iker Jiménez y Carmen Porter aseguran que ya han tomado la decisión de demandar a algunos compañeros de profesión debido "a las calumnias e insultos" que reciben por estar haciendo conjeturas desde que se inició la crisis sanitaria.

Aseguran que se han visto "traicionados por gente que consideraban amiga", a los que llegaron a dar "apoyo moral y económico". Además, dicen que emprenderán más acciones legales contra aquellos que continúen vertiendo "injurias". Y aclaran que saben distinguir bien entre estas últimas y el derecho a opinar.