El Cáncer ha sido el responsable del golpe más díficil de su vida. La presentadora Ana Obregón está pasando por uno de los peores momentos de su vida. Este miércoles tuvo que despedirse de su único hijo, Álex Lequio, que fallecía a los 27 años de edad, en la ciudad de Barcelona por culpa del sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer muy agresivo y poco habitual entre adolescentes y niños. Este triste fallecimiento ha tenido dos años después de su diagnóstico y tras una lucha constante contra la enfermedad. A pesar de todo, ni Álex ni su madre han perdido la sonrisa y siempre se han enfrentado a la enfermedad con fuerza y humor siendo un ejemplo.
Tras más de dos años luchando contra el cáncer, Álex Lequio moría este miércoles en un centro hospitalario de la ciudad de Barcelona con tan solo 27 años de edad. Una muerte que ha sido un auténtico golpe para su madre, la presentadora Ana Obregón que tenía la esperanza, hasta el último momento, de que su hijo se pudiera recuperar.
El cáncer se ha llevado lo más valioso en la vida de la presentadora, según sus propias palabras
Durante los últimos días, la sonrisa casi perenne del rostro de la presentadora y actriz se había difuminado. La cara de Ana Obregón era un reflejo de lo que estaba sucediendo; pero lo que más temía estaba a punto de suceder: el cáncer estaba a punto de ganarle la batalla al joven que tenía muchos proyectos profesionales en mente.
Las últimas imágenes de la presentadora en las proximidades del hospital mostraban que algo no iba bien. Sus declaraciones son claras: con el adiós a su único hijo, se le ha ido la parte más valiosa de su vida. Desde que nació, solo ha tenido ojos para Álex y se volcó por entero cuando el joven empezó la quimioterapia.
El joven sufrió un tirón en la espalda y ahí empezó su lucha contra el cáncer
Cuando el joven recibió el diagnóstico de que aquel tirón de espalda que sufrió un día cualquiera era en realidad un síntoma de cáncer, la presentadora y actriz no lo dudó. De un día para el otro, Ana Obregón lo dejó absolutamente todo, inclusive sus compromisos laborales, para poder dedicarle todo su tiempo a su hijo en un momento tan complicado.
No lo dudaron, hicieron las maletas y viajaron a la ciudad de Nueva York para poder empezar un tratamiento en un centro de los centros más prestigiosos en la lucha contra el cáncer. Tras pasar varios meses en la ciudad, volvieron a Madrid para seguir con el tratamiento recomendado. Al volver a España, las cosas no cambiaron y Ana Obregón estuvo al lado de su hijo hasta el último momento. Incluso en Barcelona, donde viajaron el pasado mes de marzo para iniciar un nuevo tratamiento, la presentadora n se separó de su hijo ni un solo momento.
Tras la triste muerte del joven, la propia Ana Obregón ha querido despedirse de su hijo, que como ella misma decía "su pequeño se había hecho un hombretón", a través de su perfil de Instagram con una preciosa fotografía de los dos juntos y una frase que lo dice todo: "Se apagó mi vida".
En una entrevista realizada a la vuelta de su estancia en Estados Unidos, Ana Obregón ya había admitido que no era la misma persona, no tenía nada que ver con aquella presentadora que hacía un posado todos los veranos o que fue considerada la reina del “papel cuché”. Su vida había cambiado totalmente el día que su hijo fue diagnosticado de cáncer. En esa entrevista para la revista “Hola!” a finales del año 2018, la presentadora aseguraba que Ana Obregón artista había dejado de existir y solo quedaba la madre. La primera se había marchado y no creía que volviera a aparecer jamás.