La 70 edición de la gala de los Emmy encumbró a Juego de Tronos como la serie dramática más premiada de la historia del certamen. Es la única serie que ha ganado tres veces el premio al mejor drama. La ficción llegó a la gala de premios en 2011 compitiendo contra Mad Men. Como era de suponer, perdió. Pero la serie ha evolucionado mucho desde entonces, han muerto muchos protagonistas, han resucitado otros, y ya es indiscutiblemente uno de los mejores productos de ficción que se hayan creado jamás.
Según las previsiones, Juego de Tronos se llevará un cuarto Emmy con la última temporada.
Muy mal lo tendrían que hacer los creadores para que ésto no sucediese. Su palmarés en la entrega de premios es apabullante. Ha sido nominada 132 veces en distintas categorías y se ha llevado el triunfo en 44 ocasiones. Sería demasiado extraño que se despidiese sin unos cuantas figuritas más.
En esta edición Juego de Tronos no ha conseguido llevarse el Emmy a mejor guión, ni a mejor dirección. Premios que sí obtuvieron en 2015 y 2016. Lena Headey tampoco consiguió llevarse la estatuilla por su papel de Cersei Lannister. Quien sí se llevó el premio fue Peter Dinklage, que ya lleva tres premios como Tyron Lannister y es el actor secundario de drama más nominado en los Emmy, siete veces.
Penélope Cruz y Antonio Banderas se van con las manos vacías
Penélope Cruz perdió el Emmy como mejor actriz secundaria de miniserie por interpretar a Donatella Versace en The Assassination of Gianni Verace: American Crime Story. La actriz apareció en la gala con su marido Javier Bardem, que vio como Merritt Wever, de Godless, le arrebataba el premio.
La de Alcobendas se fue de vacío en su primera nominación.
Lo mismo le pasó a Antonio Banderas, que fue nominado como mejor actor principal de miniserie por Genius: Picasso. En este caso sí se llevó la estatua un actor de American Crime Story: Darren Criss
The Handmaid's Tale se queda sin los premios importantes
La ficción de Hulu era la máxima rival de Juego de Tronos en las Series de drama, pero perdió.
Elisabeth Moss también era la favorita para ganar el premio de mejor actriz principal en serie dramática, pero se lo llevó Claire Foy por su papel en The Crown. Joseph Fiennes tampoco pudo arrebatar el Emmy a Peter Dinklage, y en la categoría de mejor actriz secundaria de drama, donde había hasta tres actrices de la serie confirmadas, también perdieron.
The Handmaid's Tale se fue de los Emmy con tres estatuas de categorías poco relevantes. Ante las expectativas que había generado, amenazando con quitar el trono a los expertos en ello, se fue de la ceremonia como la gran perdedora.