La duquesa de Sussex, Meghan Markle, ha vuelto a fallar al protocolo real, esta vez en un evento oficial, sumamente importante para la realeza británica: el desfile Trooping The Colour, que se realizó en honor al cumpleaños número 92 de la Reina Isabel II.
La nueva esposa del príncipe Harry ha dejado muy en claro que no le hace mucha gracia el estricto protocolo real o que no lo conoce muy bien, porque le ha pasado por encima totalmente. En su primera aparición en el balcón del Palacio de Buckingham, Meghan atrajo todos los flashes de los fotógrafos, que no dejaron que su error pasara desapercibido.
Reglas indumentarias de la Casa Real
Pero, ¿qué error cometió Meghan en el cumpleaños de la Reina? Pues uno que tiene que ver con el vestuario: La flamante duquesa de Sussex asistió al desfile de Londres vistiendo un modelo de Carolina Herrera de color rosa, que dejaba sus hombros al descubierto.
¿Qué tiene de malo el vestido? Todo, para la familia del príncipe Harry. Y es que el protocolo y las reglas indumentarias de la Casa Real establecen que las duquesas, sin excepción, deben llevar trajes con las mangas largas. Está terminantemente prohibido enseñar los hombros.
Nadie sabe si la elección del diseño de Carolina Herrera fue a propósito o una equivocación inocente a causa del desconocimiento.
No hay que olvidar que Meghan no nació ni creció en la realeza y aún se está acostumbrando a sus reglas.
La verdad, es que la duquesa de Sussex lucía muy natural y chic con la ropa que llevaba puesta. Sin embargo, lamentablemente la naturalidad y el estilo propio le importan muy poco a la normativa de la realeza inglesa.
El príncipe Harry al rescate
El vestuario no fue el único problema que tuvo Meghan durante el cumpleaños de la Reina Isabel II. La duquesa todavía no está muy familiarizada con las normas de etiqueta y se notaba un poco nerviosa estando en el ojo del huracán. Afortunadamente, su esposo, el príncipe Harry, acudió en su rescate.
La ayuda del príncipe fue fundamental para que la duquesa de Sussex pudiese cumplir con las reglas de protocolo de los gestos y las reverencias. Harry no tuvo problemas en inclinarse hacia su esposa para explicarle, entre susurros, lo que debía hacer.
Así, Meghan pudo inclinarse correctamente y a tiempo ante la monarca de Inglaterra, que cumplió 92 satisfactorios años de vida durante el fin de semana. Los nuevos duques de Sussex no dejaron de verse con complicidad y amor durante todo el evento. Quedó demostrado que el apoyo de Harry es muy importante para que Meghan se sienta cómoda con su nueva posición en la Casa Real.