De Belén Esteban y Miguel Martos, una de las parejas que más interés suscita en los seguidores de la actualidad de la crónica social patria, se ha venido publicando casi de todo.

Últimamente, casi todo lo concerniente a esta dupla estaba vinculado a la bomba que la conocida como la princesa del pueblo revelaba en relación a sus intenciones a medio y largo plazo. Hablamos de la boda entre ambos de la que ya se conocía parte de la lista de invitados y, cómo no, del deseo de la rubia más famosa de España de hacer padre primerizo al hombre de su vida.

¿Pasa algo entre Belén y Miguel?

Sin embargo, y aunque cualquiera diría que ambos tienen motivos claros para sonreír a los cuatro vientos, las últimas publicaciones privadas de ambos que la de San Blas subía a su perfil oficial en las redes sociales, parecen mostrar algo menos de entusiasmo del esperado. Al menos por parte del conductor de ambulancias.

Y es que la diferencia de actitud entre los rostros de ambos es tan llamativa que no han tardado en aparecer especulaciones de todo tipo sobre el momento sentimental real por el que ambos estarían pasando después de tantos años juntos.

A la espera de que Belén Esteban salga el paso este próximo lunes, o martes a más tardar, en lo que espera sea su retorno a Sálvame tras una semana de vacaciones, y dé su versión sobre por qué ella sale tan sonriente y Miguel tan serio, solo queda remitirse a las fotografías para que cada cual saque sus propias conclusiones.

La mala cara de Miguel Martos

En la primera de las dos en las que aparecen juntos, de ambos en un barco, se puede ver a Belén Esteban sonriente y de lo más cariñosa y a Miguel Martos forzando una media sonrisa y colocando sus brazos alrededor de su chica, más que agarrándola. Para muchos, la cara de él es más de asco que de estar disfrutando de una jornada de sol y mar junto al amor de tu vida.

No es menos llamativa la diferencia de las caras de ambos en la segunda y última foto subida por Belén en la que pareció ser la última cena de ambos antes de retornar de su escapada a Madrid. De nuevo una sonrisa de oreja a oreja de la rubia y de nuevo una cara de nada tremenda de su novio.

Si unimos las dos fotografías no resulta tan raro comprender que para muchos pueda existir la posibilidad de que Miguel no estuviera tan feliz o contento que su chica en las fotos de esta pasada semana. Eso sí, de ahí a aventurar una posible crisis entre ambos como algunos se atreven a deslizar parece que hay un mundo. Que cada uno saque sus conclusiones.