Dicen que la mejor forma de que los secretos no vean nunca la luz es no contárselos a nadie. También que, cuando una persona sabe alguna intimidad, es el primer paso para que las acabe sabiendo todo el mundo. Algo que no parece carente de razón.

De ahí que, cada vez más, se esté convirtiendo en habitual el requisado de teléfonos móviles, cuando no de contratos de privacidad, a muchos de los invitados a los jolgorios de primer orden que, como el resto de saraos de nivel, están vendidos de antemano a alguna entrevista previo pago del importe de la exclusiva.

Belén, indignada

Fiestones a los que, resulta inevitable, siempre acaban contando con la presencia de algún 'topo' que se encarga de contar con pelos y señales todas las cosas que han sucedido durante ese momento íntimo del que se les había pedido con adelanto no contaran nada por respeto a quien les había invitado.

Algo a lo que no es ajeno una Belén Esteban que la pasada semana celebraba una fiesta privada de alta alcurnia para celebrar su triunfo judicial frente a Toño Sanchís denominado 'Toñomanía' que, a pesar de contar con más de 200 invitados, no dejaba de ser una celebración íntima.

Allí solo había invitados que tanto ella como su novio, Miguel Martos, había acordado dejar pasar. Sin embargo, algunos de los invitados, tras haber sido puestos en antecedentes, decidían convencer a la conocida como la princesa del pueblo de que no invitara a uno de los que ya poseía invitación.

Hablamos de Rafa Mora, a quien varios de los allegados de la de San Blas califican ya como el 'topo' de las celebraciones de la Esteban. Un adjetivo calificativo que a buen seguro no gusta y nada al valenciano quien, por otro lado, tiene más que complicado ser invitado a fiestas de este nivel tanto de la rubia más famosa de España como de otros rostros conocidos del mundo del colorín.

El colaborador de Sálvame al que todos miran con lupa

Y es que, según le dijeron varios invitados a la fiesta antes de que esta diera comienzo, era mejor que se inventase cualquier excusa para evitar que acabara destripando al día siguiente todo lo que iba a pasar en el interior de la discoteca Kapital de Madrid durante la Toñomanía: "Le advirtieron que mejor no fuera porque luego contaría lo que ocurriera".

Tanto es así que muchos se preguntan ya cuántas intimidades de esta y otros compañeros de Sálvame habrá reventado antes, quien sabe si tras pasar por caja de algún medio que le haya pedido la 'faena'. Sea como fuere, parece que ya le han hecho la cruz.