Nuevo abandono en Supervivientes 2018. En este caso la salida de una nueva concursante no se debe precisamente al poco apoyo con el que ha gozado por parte de los espectadores tras haber sido nominada, sino a la decisión propia de la afectada de tirar la toalla antes de hora.
Algo de lo que nos enterábamos en el debate dominical del reality show más extremo de la televisión española y en el que María Lapiedra, quien ya había mostrado síntomas claros de agotamiento físico y mental, decidía informar en directo a la audiencia del programa que, pese a que su intención era llegar hasta el final y ganar el concurso, no podía más y se rendía.
Las razones aludidas por la que fuera actriz de cine para adultos eran claras. Más allá del agotamiento mental, que la tenía bajo mínimos, no podía aguantar ni un segundo más sin ver a sus hijas. Algo que despertaba muchas dudas en parte de la audiencia, echando un ojo a los muchísimos comentarios que su decisión estaba provocando en las redes sociales.
La audiencia cree que hay algo más tras el abandono de Lapiedra
Y es que, para muchos, hay algo detrás de esta decisión que excede su deseo natural de ver a unas hijas a las que veía por última vez hace tan solo tres semanas, por lo que parece extraño que sabedora de que cada semana le reporta 8.000 euros en su cuenta corriente, no pueda esperar a salir por la vía convencional.
Es decir, pidiendo la nominación a sus compañeros y esperando a que sus fans la sacaran del Cayo.
Sin embargo, esta aseguraba que había entrado en un "bucle" autodestructivo que la llevaba a sentirse culpable por no estar cerca de la gente que quiere y que le estaba haciendo mucho daño impidiéndola para concursar al cien por cien como el resto de sus compañeros y como exige una experiencia tan límite como la que está viviendo en Honduras.
La decisión era irrevocable.
Gustavo trató de parar a Lapiedra
Era entonces cuando la maquinaria del programa, muy preocupada tras un movimiento que puede salirle caro en términos de audiencia, se ponía en marcha poniéndole en contacto con un Gustavo González que trataba por todos los medios de tranquilizarla y mantenerla en Honduras, al menos hasta el jueves, momento en el que se hubiera pedido a la audiencia que la sacara.
Sus plegarias, sabedor de la importancia económica que tiene para ambos su continuidad en el reality, no servían para nada y María Lapiedra salía del set rumbo al hotel para volver en las próximas horas a España.