Saray Montoya la concursante más polémica de esta edición de Supervivientes y por la que se ha luchado a capa y espada para conseguir mantenerla dentro del reality ha sido expulsada de manera definitiva e inminente el pasado 5 de abril por una agresión a Romina. La violencia en los realitys debe de ser castigada pero resulta que Telecinco siempre juega por encima de sus posibilidades y como no, tanto jugar con fuego, uno se acaba quemando.
Saray Montoya, protagonista de los Gipsy Kings, intentó abandonar Supervivientes hasta en dos ocasiones, pero el programa hizo acopio de fuerzas por mantenerla, ya que es un personaje que da muchísimo juego y a quien se le da muy bien enfrentar a unos y a otros, dando espectáculo y subiendo los índices de audiencia.
Pero Telecinco sabía perfectamente a lo que se exponía, y aunque hay ciertas cosas que no se pueden predecir, conociendo un poco la personalidad de los concursantes, que además son llevados al extremo, con semanas sin comer y apenas dormir, se sabe que estos caracteres tan extremos pueden llegar a explotar de la peor forma posible.
Todo tipo de reality shows fomentan el conflicto y las peleas dentro de su escena, ya que es lo que el público quiere y por lo que el público paga pero, ¿debe de atribuírsele también la responsabilidad de que al final las cosas se pongan feas? Por una parte sí, pero por otra no, ya que cada uno es responsable de lo que hace y lo que deja de hacer y la culpa es de la persona que empieza la agresión.
Pero por otro lado también el programa debe tener en cuenta a quién ha contratado y las condiciones del entorno.
J.J. Vázquez defiende a Saray Montoya
Eso no es algo nuevo y sorprendente, en todas las ediciones de los realities pasan cosas similares, ataques de ira, violencia que en la mayoría de ocasiones se perdonan por la levedad del asunto.
Pero hay otras mucho más evidentes que sin duda hay que castigar. En esta edición de Supervivientes todo el mundo quería a Saray ya que daba mucho juego, pero ha pasado de dar juego a considerarse un elemento altamente peligroso.
Lo que más llamó la atención en la gala no fue únicamente la expulsión de Saray, sino el comportamiento que el presentador Jorge Javier Vázquez tuvo con ella, ya que parecía que estaba defendiendo lo que la gitana había hecho.
El presentador le dijo que sabía que había sido objeto de provocaciones, pero que en estos casos aunque se penaliza, hace más la reacción que la provocación y que sintiéndolo mucho estaba expulsada. Una reacción de Jorge Javier Vázquez que sorprendía muchísimo, ya que insistió deliberadamente en que la culpa la había tenido Romina, que había sido la que había provocado a Saray, como si intentase victimizar a Montoya.
Y aquí no termina la cosa, sino que cuando Jorge Javier Vázquez entrevistó a Romina la hizo tan culpable como a Saray de esa pelea.