La relación entre los colaboradores de Sálvame y María Lapiedra se ha vuelto insostenible, ya las críticas y las discusiones son insoportables. Algunas veces los comentarios de estos son bastantes crueles, haciendo sacar de las casillas a cualquier personaje del plató.

A pesar de que María Lapiedra ha metido la pata hasta más no poder, debemos reconocer que la colaboradora ha sido paciente con algunos de sus compañeros. Y más con Mila Ximénez, quien cada vez que puede arremete en su contra.

Sinceramente que en el plató de Sálvame hace falta agregar un poco de amor y tolerancia entre los compañeros.

Mila Ximénez no mide su lengua

La colaboradora mantiene su posición ante María Lapiedra, se sigue mofando de sus actitudes. Haciendo gestos que indican que lo que hace es lloriquear para manipular, a tal punto que no lo soporta más y hace un comentario que ha dolido mucho a María Lapiedra.

Ha dicho “Deja de tratas a tus hijas como si fueran mochilas”, entendiendo que usa a las niñas para manipular a las personas. La colaboradora sigue sin creerse el numerito de Lapiedra, de tal manera demuestra su molestia hacia su compañera que camina cual león enjaulado por el plató.

Comentando que todo lo que hace Lapiedra es decir “Tráeme las niñas, llévate las niñas”, comentario algo despectivo ya que cuando se habla de infantes hay que tener mucho tacto.

Sin contar que las niñas no son culpables de las acciones de la madre.

Lapiedra nuevamente rompe en llanto

La colaboradora no ha soportado los insultos constantes de Mila Ximénez y se ha quebrado, ha comenzado a llorar. Diciendo que no tiene nada de malo querer que les traigan a sus hijas, pregunta si eso no es lo que todos hacen.

Aclaró que ha dejado Supervivientes porque extrañaba mucho a sus hijas, mientras estuvo en el reality solicitó poder hablar con una de sus hijas así sea en privado o por lo menos recibir un dibujo o algo, debido a que estaba próxima a cumplir años.

Pero le han negado la petición, pensando en que algo andaba mal se ha devuelto rápidamente a ver a las niñas.

Acotó que antes de marcharse había firmado un acuerdo con Mark, su ex esposo, para que le trajera las niñas a Madrid pero este no ha cumplido. Por lo que dice esta es otra de las causas de su tristeza.

Podemos especular lo que queramos acerca de la María Lapiedra, pero algo que no se puede discutir es que todas las madres aman a sus hijos. Sin importar las metidas de pata que se manden al final una madre es una madre, y para ellas sus hijos son lo más importante. No creemos que Lapiedra sea la excepción de la norma.