Dicen que construir imperios lleva siglos y derrocarlos unos pocos minutos. Algo que la historia se ha encargado de confirmar en no pocas ocasiones y que, aplicado al amor, sirve para explicar lo rematadamente difícil que es construir una historia de amor duradera en el tiempo y lo fácil que es acabar con ella de un plumazo.
Y si no que le pregunten a un Jorge Javier Vázquez que se encuentra viviendo, tras una década de amor pasional, su primer mes como "nuevo soltero" tras anunciar públicamente el final de su relación con Paco, o 'P', como este siempre le ha llamado en los medios de comunicación, y que ahora ha vuelto al centro de la actualidad mediática.
Así ha sido después de que el presentador de Sálvame, Supervivientes, Sábado Deluxe o Gran Hermano ofreciera la primera exclusiva a la revista para la que colabora tras anunciar en ese mismo medio que, a pesar de que no eran pocos los que barruntaban un posible matrimonio entre ambos a corto plazo, ya no eran pareja.
Para sorpresa de propios y extraños, sobre todo teniendo en cuenta el celo con el que el de Badalona ha llevado siempre su vida sentimental, este no se cortaba a la hora de revelar todos los detalles de la ruptura, contando con pelos y señales cómo fue la previa de la bronca final, los detalles de esta y los días siguientes a esta hasta el día de hoy.
Todo sucedía el martes previo al estreno de la nueva obra teatral de Jorge Javier Vázquez "Grandes éxitos" con la que espera volver a triunfar como lo hiciera el pasado curso con "Iba en serio", con la que estuvo por toda España sin llegar a imaginar que esas ausencias iban a ser luego definitivas.
La dura narración de la separación de Jorge Javier Vázquez
Al llegar a casa después de un día de largo trabajo el catalán tuvo "un desencuentro muy bobo", de esos que miles de parejas tienen todos los días y apenas dura unos minutos -los mismos que tardan en darse cuenta de la poca importancia de su desavenencia- que poco a poco se fue haciendo grande hasta el punto en el que "P", cansado de estos desencuentros, cogía la chaqueta y se iba de casa.
Da la impresión por el tono de J. J. que no era la primera vez. De hecho, no se interpuso en su camino ni le rogó que hablaran para poner todo en su sitio. Dejó que se marchase y ni siquiera le llegó a buscar esa misma noche, considerando que quizás lo mejor era que pasase el calentón, que la almohada hiciera el resto, y que al día siguiente, en frío, todo volviera a su cauce.
A pesar de enviarle un mensaje y realizarle varias llamadas, este no respondió a nada. No lo ha vuelto a hacer. Su intención de romper con el presentador es definitiva y ya busca cómo rehacer su vida.