Belén Esteban parece haber cambiado de táctica definitivamente. Si en el penúltimo programa aseguraba que había llegado el turno de empezar a hablar menos y ceder parte del protagonismo de Sálvame a sus compañeros en un movimiento que sorprendía a propios y ajenos, dado que además servía para dar la razón a sus detractores, ahora ha vuelto a dejar atónita a la audiencia entrando en materia en un asunto que en otra época jamás hubiera osado tratar.

Hablamos de sus presuntos problemas de higiene y aseo personal de los que era acusada por parte de su enemigo íntimo y ex representante Toño Sanchís en Radioset hace unos días y que, cuando parecía que esta no iba a entrar al trapo para no dar bola y notoriedad a alguien a quien desea fuera de los medios de comunicación cuanto antes, ha decidido hacerlo y no precisamente para "rajarlo" como muchos de sus seguidores estaban esperando.

Ni mucho menos. Como quien habla de que se ha ido a tomar una cerveza, la conocida como princesa del pueblo aprovechó su presencia en el programa vespertino de Telecinco para despachar este asunto de una manera tibia que, para algunos -y más concretamente para los fans del que fuera su agente- no hace sino confirmar que algo debe haber de cierto en las acusaciones sobre su supuesto mal olor.

Concretamente lo que salía de la boca de la rubia más famosa de España era una pregunta retórica en la que cuestionaba por qué ese tipo de ataques gratuitos y que están claramente enfocados a hacerle daño "no los hacía" cuando estaba "ganando dinero a mi costa". Ni rastro de un ataque de vuelta y, lo más llamativo, tampoco de una negación rotunda sobre un asunto que no es precisamente baladí y puede llegar a afectar a su imagen si por esto pierde algún asunto laboral.

Quién sabe qué puede haber detrás de una llamativa tibieza tan poco acorde a las tradicionales respuestas a ataques de la de San Blas. ¿Desgaste, quizás? El tiempo dirá.

Belén Esteban y Toño Sanchís, una enemistad de por vida

Si algo ha quedado claro después del enésimo ataque de Toño Sanchís a Belén Esteban es que la reconciliación judicial que algunos habían barruntado podría llegar a producirse si los abogados de ambos eran capaces de llegar a algún acuerdo satisfactorio está más imposible que nunca. De la personal, obviamente, no hace falta ni hablar. Lo suyo parece va a seguir llenando tertulias y páginas de revistas de la prensa rosa hasta su último día.