El paparazzi había solicitado a la dirección del programa no transmitir la quinta bomba con la que María Lapiedra está relacionada. Al parecer no ha recibido respuesta de esta petición. Presumimos que los colaboradores del programa conocen el tema en cuestión.

Pero no se lo comunican al paparazzi, pues la decisión queda en manos del programa, la audiencia está desesperada e intrigada por saber de qué se trata esa bomba. Los colaboradores quieren saber la reacción de Gustavo González al saber del tema.

Por lo que lo toman por sorpresa y ante las cámaras la audiencia decide desvelar el asunto en cuestión.

Más la reacción del paparazzi da a entender que no será capaz de soportar lo que están a punto de mostrarle. Pues este sale corriendo del programa para no ver de qué se trata la bomba.

Kiko Hernández apoya a Gustavo González

Al escuchar que la quinta bomba sería desvelada en Sálvame, el paparazzi ha corrido del plato, ´pero antes de irse ha dicho que él respeta la decisión de la audiencia más no le verán la cara. Así con esas palabras se ha marchado del programa.

kiko Hernández le ha dicho que no se marche pero este ha hecho caso omiso de ello e igual se ha ido, en ese proceso todos los colaboradores comienzan a buscarlo pero sin resultado satisfactorio. Hasta el productor ha preguntado por él pero los colaboradores contestan que se ha marchado del plato.

Kiko Hernández pide la palabra para decir que él siempre ha sido obediente de todo y que siempre ha hecho todo lo que le piden, pero que en esta oportunidad pide permiso para contarle en privado a Gustavo la bomba y que si luego después de decirle el paparazzi le autoriza para hacerlo público él lo hace.

Aunque la audiencia no está de acuerdo con esto, la dirección le da permiso de salir a buscar al paparazzi y darle la información en privado.

Después de recibir el permiso Kiko sale del plato en búsqueda de su compañero de labores.

Al salir del plato Kiko corre con suerte y ha encontrado al paparazzi, puesto que ha vuelto con él al programa. Al ver la cara de Gustavo le dan la autorización de que salgan del plato a conversar con la promesa de que no serán grabados ni escuchados, les dicen que deben apagar sus micrófonos para que no sean oídos.

Por un momento son seguidos por las cámaras del programa mientras estos se alejaban, los colaboradores comentaban que si ya le habría dado la noticia porque no escuchaban nada, hasta allí quedo tobo aquel embrollo de la bomba.