A estas alturas, después de dos décadas al pie del cañón, parece mentira que un persona tan curtido a nivel televisivo como Belén Esteban siga cayendo en la misma trampa de siempre.
Y es que sus enemigos se conocen ya a la perfección qué tienen que hacer para provocar que esta salte, pierda los papeles, muestre su peor versión y se quede en evidencia ante una audiencia que, tras tantas guerras y frentes abiertos empieza a darse cuenta de que quizás ella tenga algo de culpa de tanto ruido.
Algo que conoce a la perfección el que se ha convertido en su nueva némesis en Sálvame tras la salida abrupta de Kiko Matamoros a principios de la presente temporada.
Hablamos de un Carlos Lozano que en las últimas horas volvía al programa en el que actúa como defensor del pueblo para dar explicaciones sobre su desaparición.
Un retorno que servía para que los afectados por sus lecturas de mensajes le dieran estopa siendo la conocida como princesa del pueblo la más incisiva en los detalles que habrían empujado al presentador de Granjero busca esposa a perder la señal durante casi dos días, provocando de paso que su madre interpusiera una denuncia por desaparición a la que estuvo a punto de sumarse su ex pareja, Mónica Hoyos.
En un momento dado, y tras escuchar las explicaciones de un Lozano que defendía que salía poco, pero que cuando lo hacía lo hacía bien, Belén se atrevió a deslizar que no son pocas las ocasiones en las que este sale y la lía.
Poco después le llamaba "fiestero" con un claro tono despectivo.
Le sacan el pasado y provocan que Belén saque a la fiera
Lejos de quedarse callado, y sabiendo que si alguien tiene un pasado de fiesta desenfrenada que le costó la salud y algo más es ella, Lozano no dudó en espetarle un "lecciones de moralidad, prefiero callarme Belenita".
Fue entonces cuando a la rubia más famosa de España se le empezaron a salir los ojos de las órbitas recordando cómo llegó este el primer y el segundo día al programa, además de apostillar que cuando ha salido por ahí de noche lo que no ha provocado es que su familia llegase a llamar a la policía y poner una denuncia por no encontrarla.
Cuando ya parecía que Carlota Corredera y el resto de la mesa de colaboradores empezaba a intermediar en este asunto evitando que el careo fuese a mayores, el conductor y ex GH VIP le lanzaba la última puya a la de San Blas indicándole que prefería ser un fiestero a un aburrido. Lo de estos dos promete seguir dejando tardes de gloria.