A estas alturas todavía nadie sabe cómo van a afectar realmente las escandalosas declaraciones que en la tarde-noche del domingo se emitían en Cuatro, en el programa de Chester con Risto Mejide, y que eran recitadas por una de las colaboradoras más veteranas de Sálvame y peso pesado de la cadena, Mila Ximénez.
Y es que, haciendo un repaso por la posverdad, término de lo más manido en los últimos tiempos que habla de la creación de verdades que se asientan como absolutas entre el común de los mortales, esta no tenía pudor alguno en reconocer que ella ha trabajado y trabaja en espacios donde la veracidad de lo vertido no es quizás lo más importante.
Allí prima el entretenimiento y este pasa, a menudo, por generar posverdades que generen terceros movimientos e involucren a personajes de cierto nivel para ir haciendo girar la rueda del show televisivo sin que nunca se sepa con exactitud cuándo va a parar y quién debe ser el encargado de empezar a echarle freno. Un peligroso, pero lucrativo juego del que todas las televisiones parecen formar parte en mayor o menor medida.
Una interesante reflexión que la llevó a revelar que, por ejemplo, durante el caso de la hija de Albano, Lydia Lozano confirmara sus fuentes antes de contar algo como cierto. Así lo narraba: "Es rigurosamente mentira que ella siguiera ningún rastro". No obstante reconoció que los datos de audiencia eran imparables y que eso hacía que se diera más bola al asunto, a pesar de la falta de pruebas de lo que se narraba: "En otro país estaría fuera de la televisión.
Fue una vergüenza total y absoluta".
Tres cuartos de lo mismo deslizaba se podría haber producido cuando Kiko Hernández reveló que María José Campanario guardaba cientos de recortes de Belén Esteban bajo su cama. Al ser preguntada sobre si alguien los había visto esta respondía que no tenía "ni p... idea".
Mila Ximénez asegura haber mentido por dinero
Por si esto no fuese suficiente, el colmo de los colmos llegó cuando esta reconoció que, durante todo el caso con Encarna Sánchez, dejando entre ver que mantuvo relaciones íntimas con ella primero y luego negándolo, llegó a mentir a cambio de una buena cantidad de dinero.
Concretamente de medio millón por jugar al sí y al no: "Si me dan medio millón de euros y tengo que decir que sí, pues lo hago de nuevo". Veremos si este brote de sinceridad no se acaba volviendo en su contra... o en la de Sálvame o Sábado Deluxe. La audiencia ya sabe más sobre ellos.