Dicen que quien no tiene enemigos no tiene amigos. También dicen que es imposible agradar a todo el mundo y que, se aprende más de los momentos complicados que de los buenos en los que todo es masaje y jabón.

Algo que conocen a la perfección varios famosos de la televisión como María Patiño, quien en las últimas horas ha estado recibiendo por todos los lados desde varios flancos en los que se ha puesto en entredicho su credibilidad, su honestidad, su profesionalidad y su calidad como persona y periodista.

Así lo hacía primero el periodista José Manuel Parada acusándola de mentir o de no estar bien informada y aún así soltar que el estado de salud de Manolo Santana era delicado cuando este había estado pasando un fin de semana con él recientemente entre risas y disfrutando de los amigos.

Para desmentir todas y cada una de las declaraciones de la gallega sobre ex tenista mostraba una serie de fotos que la dejaban en evidencia.

Por si esto no fuera suficiente, en las últimas horas se sumaban a ese escarnio público de la periodista Carlos Lozano, con quien esta nunca ha tenido feeling y que aprovechaba su figura de defensor del espectador para darle cera por algunos de sus comentarios en el programa de corazón decano de la televisión española y, más recientemente, otra famosa muy televisiva.

Hablamos de Aída Nízar, la ex concursante de Gran Hermano y polemista profesional, quien se no lo ha pensado dos veces en salir en defensa de su amigo Carlos Lozano y provocar el mayor despelleje de María Patiño que esta había sufrido en sus carnes desde que comenzara a trabajar en televisión.

A través de las redes sociales, y colgando dos fotografías en las que la Pati -como le llaman sus más allegados- salía antes de sus operaciones y para nada favorecida, redactaba un texto lapidario en el que le recordaba que estaba protagonizando algunos de los programas "menos vistos con audiencias pésimas".

Aída califica a Patiño de "borrosamente operada"

Lejos de dejarlo ahí recordaba a sus fans que esta llegó, según ella, a calificar al programa en el que ahora trabaja como "bazofia" jurando a los cuatro vientos que jamás trabajaría allí para posteriormente bajarse los pantalones y dejar su palabra a la altura del betún.

Para seguir con el escarnio redactaba que "de cada cinco palabras se equivoca en cuatro", además de "aburrir" hasta las ovejas en cada unas de sus apariciones en televisión. Por último, antes de acabar, hacía referencia a lo "borrosamente operada que está". Un palo épico.