Dice el refranero español, siempre tan sabio, que "Dios aprieta pero no ahoga". Y debe ser cierto porque, luego confirma con aquel "tras la tempestad siempre llega la calma" que por muy mal que nos vayan las cosas durante un tiempo, finalmente "siempre sale el sol".

Algo que todos hemos comprobado con el paso del tiempo o vamos a acabar comprobando y que está viviendo en sus carnes un exultante Jesulín de Ubrique después de que en las últimas fechas haya recibido la que es, sin duda alguna, la noticia del año para él y su familia.

Y es que, por mucho dinero que se tenga -y es por todos sabido que los económicos no son precisamente los problemas que más acucian a los Janeiro- no hay euro que sirva para devolvernos la tan ansiada salud que tanta falta ha venido haciendo en los últimos meses en su casa.

De ahí que desde hace dos semanas, las que han transcurrido desde que su mujer, María José Campanario, fue intervenida de fibromialgia en la última de sus operaciones alrededor de este complicadísimo mal, se haya podido ver al diestro pasear y disfrutar de la tranquilidad que da el alta médica de tu esposa sonreír con la fuerza y la potencia que este lo está haciendo por fin.

Después de muchos malos meses, con recaídas, ingresos en distintos centros médicos, operaciones y la inseguridad que proporciona una enfermedad tan difícil como lo es la fibromialgia, parece que todo vuelve a colocarse en su sitio tras una intervención que fue un éxito y podría suponer el inicio de una nueva calidad de vida de la que no ha gozado últimamente la odontóloga.

Y es que tan solo hay que ver alguna de las fotos que han tenido lugar este fin de semana durante su última aparición pública para comprobar lo feliz que está tras la vuelta a la normalidad anhelada tanto tiempo. Y para muestra, la fotografía que ofrecemos como principal en esta noticia y que pueden ampliar pulsando encima de la misma.

Jesulín, más feliz que nunca

Instantánea que era captada durante esta última aparición en público del torero en Gibraleón, durante un encuentro taurino en el que este intervino y donde el ambiente distendido, las bromas y el buen humor no faltaron dejando claro que aquel Jesús Janeiro más arisco, preocupado por cuidar a su mujer y con pocas ganas de cháchara ha pasado a mejor vida de la mano de estas últimas buenas nuevas que les venimos comentando en esta entrada. Ojalá que la sonrisa le dure eternamente a él y a su mujer.