La prensa del corazón lleva unas cuantas horas sobresaltada después de enterarse que el mayor apoyo sentimental de María Teresa Campos, su pareja, no se ha personado ni un solo minuto en el hospital de la capital madrileña en el que esta sigue ingresada en los dos últimos días.
Todas las alarmas habían empezado a saltar ya que la intervención quirúrgica a la que fue sometida la comunicadora tras entrar por urgencias presentando un delicado cuadro de suboclusión intestinal secundario no era ninguna tontería como se está demostrando con el eterno postoperatorio que la malagueña está teniendo que pasar.
Un postoperatorio que, eso sí, no está pasando sola ya que tanto sus hijas como otros muchos allegados no se han querido despegar un segundo de la histórica presentadora mientras esta se recupera, muy poco a poco, de esa inesperada operación en la que por suerte todo salió bien.
Sin embargo y tal y como aseguran los compañeros de EsDiario y otros medios que están cubriendo día y noche el centro hospitalario en el que sigue ingresada la malagueña, quien no se ha dejado caer por allí ni para dar señales de vida en dos días es un Bigote Arrocet del que en los últimos meses se lleva especulando podría estar cada vez más alejado de la vida de la andaluza.
No obstante, la versión oficial es que, justo en estos momentos, casualidades de la vida, el cómico sudamericano estaría sufriendo un proceso gripal que desaconsejaría su visita a una paciente que estaría todavía baja de defensas, por lo que no sería conveniente que ambos se juntasen.
Al menos no todavía.
Mientras algunos, los más agoreros y retorcidos, aseguran que se trata de una burda excusa para seguir haciendo su vida, otros dan por buenas unas explicaciones que deberían estar siendo acompañadas -como imaginamos está sucediendo- de llamadas constantes tanto a su pareja como a sus hijas en busca de la última hora de una María Teresa Campos que no está ganando para sustos en los últimos meses.
La vuelta de María Teresa, cada vez más lejos
Y es que, cabe recordar, apenas han pasado seis meses desde que esta fuera ingresada de urgencia con un cuadro de isquemia cerebral que a punto estuvo de ser tremendamente grave y que, al ser tratado a tiempo, apenas le dejaba ninguna secuela permitiéndole por el momento, recuperar su actividad en la Televisión.
Ahora mismo su ansiada vuelta, quizás para un último proyecto antes de la retirada definitiva, parece quedar muy lejos. Ojalá se recupere pronto.